Alfredo Palacios (DNI 30.350.284) alquila una propiedad cercana al paso a nivel de las vías del ferrocarril ubicado en la intersección de la calle Salta entre Sabattini y Leandro N. Alem.
Allí los pastos alcanzan una altura de casi dos metros, ya que hace más de un año que nadie se acerca a cortarlos.
En aquel momento se hizo presente personal de una empresa contratada que tomó conocimiento por el reclamo que los mismos vecinos efectuaron a EL DIARIO. Palacios comenta que “en esa oportunidad consultamos a quién pertenecía el terreno y los trabajadores nos dijeron que no podían revelarnos esa información”.
Además, han recurrido al municipio solicitando conocer al propietario para trasmitirle sus inquietudes, “pero dijeron que no saben nada y que no corresponde al poder municipal. Nosotros queremos que se sepa de una vez o que el municipio se haga cargo de poner en estado el lugar y que luego intime al dueño”.
El mayor inconveniente que encuentran es que “ese monte da lugar a que aparezcan alacranes, ratones que vienen del molino, todo tipo de alimañas”.
Además, explica que se ha vuelto un espacio propicio para robos porque además hay escaso alumbrado público, entonces “los ladrones se esconden en ese perímetro abandonado o luego de perpetrar un asalto, dejan billeteras, bolsos, carteras tiradas ahí y nosotros tenemos que acercarnos a la delegación a devolverlos”.
En el lugar confluyen otros focos de conflicto, a los pastizales de gran tamaño, se suman los ruidos molestos del tren, la inseguridad en las vías y las dificultades que trae el molino. “Es muy notable el mal estado del asfalto de las calles Salta y Leandro N. Alem, eso es por los camiones que transitan por aquí para cargar y descargar cereales en dicha empresa”.