En este afán por entender lo que nos pasó con el tránsito en Villa María y Villa Nueva durante 2013, fuimos a capturar los datos de los accidentes con lesionados (leves o graves) y personas fallecidas en un intento por conocer objetivamente en qué segmento del año ocurrieron.
Al momento de organizar los datos recolectados, siempre a partir de la observación documental de los informes proporcionados por los Bomberos Voluntarios de las dos ciudades y la Policía, los mismos fueron agrupados por semestres, cuatrimestres, trimestres y bimestres, cifras que se compararon con la finalidad de vislumbrar si las estaciones u otro factor temporal han incidido en la ocurrencia de los sucesos.
Por mitades
Durante los primeros seis meses de 2013 se registraron 56 accidentes con heridos más que durante la segunda mitad anual: de enero al 30 de junio hubo 533 (52,77%) colisiones, caídas y vuelcos, mientras que de julio a diciembre los episodios viales sumaron 477 (47,22%).
Las cifras indicadas permiten inferir que en el trayecto del invierno al verano se registraron cinco siniestros cada dos días; en tanto, desde el verano de comienzo de año hasta ingresar al invierno, en junio, se sucedieron seis hechos cada dos jornadas.
Cada 120 días
Durante los dos primeros tercios del año la ocurrencia de los accidentes viales en las dos ciudades hermanas arrojó cifras prácticamente similares: 350 (34,65%) entre enero y abril y 352 (43,85%) desde mayo hasta agosto.
Hubo que esperar hasta la llegada del mes de las flores para que la cantidad de siniestros se redujera durante el último tercio anual, aún cuando los 308 (30.49%) casos lejos estuvieron de aplacar la gravedad del problema.
Por el contrario, la crudeza de los datos nos posibilita apuntar que durante el primer cuatrimestre hubo casi seis choques cada 48 horas; entre mayo y agosto, 19 accidentes por semana, y, durante los cuatro meses finales, 10 colisiones cada cuatro días.
Cada cuarto de año
Tal vez se logra establecer mayor precisión si los datos sobre los accidentes de los transeúntes que se sucedieron durante 2013 se agrupan por trimestres.
Al respecto, es en este momento donde se aprecia que el período comprendido por abril, mayo y junio (sobre todo por la incidencia de los dos primeros meses mencionados) fue el tiempo en el que ocurrió la mayor cantidad de siniestros: 312 (30,82%).
Esta cifra superó holgadamente los registros sobre hechos ocurridos entre enero y marzo, 221 (21,88%); entre julio y septiembre, 241 (23,86%), y entre octubre y diciembre, 236 (23,36%).
En consecuencia, los datos reflejan que durante el primer cuarto del año pasado se produjeron casi cinco episodios accidentales cada dos jornadas; en el segundo trimestre hubo más de 50 colisiones cada quincena; desde julio hasta septiembre los transeúntes se embistieron 13 veces cada cinco días; mientras que durante el último tercio, como aconteció al comienzo del año que es objeto de estudio, cada 48 horas se registraron cinco encontronazos.
Ocho semanas y media
De la misma manera que en el caso anterior, al agrupar bimestralmente la cantidad de impactos vehiculares que provocaron daños personales en 2013, quedó expuesto que el mayor saldo ocurrió durante el segmento marzo y abril, ocasión en la que hubo 229 (22,67%) hechos.
En menor medida, durante el tercer par de meses hubo 183 (18,11%) siniestros y en julio-agosto las dos ciudades fueron escenario de 168 (16,73%) choques, caídas y “tumbos”.
Durante los dos últimos bimestres (septiembre-octubre y noviembre-diciembre) se produjeron 157 (15,54%) y 151 (15,04%) accidentes vehiculares, respectivamente.
La cifra de menor cuantía se registró durante el estío (enero-febrero) cuando el tránsito provocó 121 (11,98%) siniestros.
Conclusión
Se puede señalar, entonces, que durante el año que culminó fue mayor la cantidad de colisiones durante los meses de otoño y que, una vez transpuesto el invierno y al igual que durante los meses de vacaciones, disminuyó el número de accidentes.