Un momento destacado de lo que aconteció en las peñas del fin de semana fue la actuación del uruguayo Braulio López en "Los Haravecos", frente al anfiteatro.
El domingo a la madrugada, el ex olimareño brindó un espectáculo de jeraquía, con conocidos éxitos del dúo oriental, y con nuevas composiciones.
López fue presentado por el director de Radio Villa Nueva, Ricardo Kestli.
El cantante se mostró feliz de retornar a nuestra zona, en donde recordó que inició con Pepe Guerra su derrotero por la Argentina, en la década del ‘60.
López fue uno de los artistas convocados por la peña "Los Haravecos" para la segunda noche, junto con Cachito Bustamante y sus amigos, Dúo Amancay Los Arrayanes y Jorge Larrué, entre otros.
El público aplaudió con fervor la labor del folclorista del país vecino, quien pese a sus escasas dotes como animador, logró llegar al corazón de muchos de los espectadores.
Cabe mencionar que el célebre dúo anunció que volverá a reunirse para actuar en el estadio Centenario de la ciudad de Montevideo.
Tras 19 años de separación, actuarán juntos en mayo de este año.
El venidero 18 de mayo, se cumplen 25 años del apoteósico recibimiento que tuvieron en 1984 en el mismo estadio cantando bajo la lluvia ante más de sesenta mil personas.
Pepe Guerra junto a Braulio López, aún cuando debieron marchar al exilio, alcanzaron una dimensión artística insospechada y de formidable repercusión y prestigio internacional, lo cual fue destacado por Kestli en su presentación.
Los Olimareños, editaron cuarenta y cuatro discos, recorrieron el mundo entero y obtuvieron innumerables discos de oro y platino.
El grupo se disolvió en 1990 y aunque desde entonces cada uno de sus integrantes siguió recorriendo la senda de la canción popular de manera individual, el dúo permaneció vivo en la memoria colectiva de todos los uruguayos como un punto referencial.
En la etapa más dura del vecino país, a partir de 1973, Los Olimareños fueron prohibidos.
López, en su actuación del domingo, estuvo acompañado por una banda que integran entre otros su hijo en percusión y su nieto Nahuel, en tumbadoras.
Desde "La sencillita", hasta su clásico (casi un himno) "A mi gente", el músico se ganó la atención de la regular cantidad de público que pobló la peña cubierta.