Ayer se brindó la primera velada de la 11º edición del Costanera Rock frente al Polideportivo, con varios aditamentos diferentes a años anteriores.

Por primera vez, el festival estrenaba la realización de tres noches consecutivas, a la vez que ponía en funcionamiento un concurso de bandas locales para subir a tocar y un sorteo de fanáticos para encontrarse con su artista favorito (el llamado “Meet and greet”, aunque ayer las ganadoras no se habían hecho presentes antes del show principal). A su vez, el festival organizado por el área Cultura utilizó un escenario imponente de ocho metros de alto, 16 metros de boca y siete metros de fondo, que también cuenta con una pantalla gigante detrás. Como otra novedad, el festival optó por un tridente de conductores (Juan José Mercado, Carina Bonoris y Marcelo Silvera).

Vale destacar que tanto el orden de actuación como el horario se respetaron fielmente. La grilla comenzó con Raiders, Influencia Rock y el músico y poeta Alvaro Montedoro, de Justiniano Posse, quien presentó, junto a su grupo, su acervo personal de canciones ante sus familiares que se hallaban en primera fila. 

Cuando el sol comenzaba a descender, subió al escenario una de las bandas locales más longevas en actividad: Nauseabundos de Alegría. El grupo planeó por sus tres discos anteriores y anticipó, a modo de muestra, algo del álbum que grabarán durante el transcurso del año. “Será parecido al último (“Fantasilandia”“), aunque un poco más agresivo y energético”, señaló el guitarrista Gustavo Mana. En tanto, el baterista Manuel Arza señaló, en referencia al festival, que “para esta edición la organización mejoró el tema monetario en cuanto al pago a las bandas locales,  aunque hay aspectos a resolver como, por ejemplo, la organización de las pruebas de sonido”.

 

Calamaro y su primer show del año

 

Junto a una banda solvente y experimentada, Javier Calamaro se aprestó a desarrollar su primer show del año, sin siquiera preparar lista de temas. A fuerza de puro oficio y ante más de medio millar de asistentes, arrancó con dos de sus temas más conocidos como “Navegar” y “No me nombres”, antes de deslizar su primer cover de la noche: “Stand by me”. Más luego, se despacharía con un set bien “canyengue” con obras como “Yira yira”, mechado con temas como “Un minuto”.

Previo al show, en conferencia de prensa puntualizó que en febrero se editará su nuevo material “La vida es un afano”, que cuenta con dos leyendas tangueras como Rubén Juárez (una versión póstuma de “La última curda” grabada en el garaje de su antigua casa) y Leopoldo Federico, además de su amigo, el armoniquista local Fabricio Rodríguez (en una pieza inédita de 1966). El disco será presentado en Buenos Aires y luego en teatros del país. “Esperemos que también incluya el de acá”, acotó.  “Lo conozco al Teatro Verdi porque he venido anónimamente, hasta una vez almorcé con el intendente Accastello almorcé, por un amigo en común. Pero la visita más recordada fue en el Festival de Peñas de 2007, fue glorioso”, añadió.

 

Para mañana

 

A las 19: Penumbras, Axioma, Every Day, Mutilador, Sopló el Fantasma. A las 23: Kapanga.

 

Fotografías: 1) Calamaro osciló entre el tango, el rock y su perfil flamenco

2) Nauseabundos adelantó algo del disco que grabará este año