A la palabra epilepsia se la conoce desde la Antigüedad y significa "ser atado, agarrado o capturado".
La enfermedad ha tenido distintas denominaciones según el lugar y el tiempo: enfermedad sagrada, enfermedad de la Luna (a los pacientes se los denominaba lunáticos), mal del corazón, enfermedad comicial (en el Imperio Romano se suspendían los comicios se había una crisis epiléptica, porque se consideraba mal augurio), enfermedad de San Valentín, etcétera.
En la Edad Media era considerada una enfermedad maldita, porque se creía que durante las crisis, el enfermo era poseído por el demonio, por lo que provocaba temor y discriminación, consecuencias que se han conservado a través del tiempo, de manera atenuada.
La epilepsia es una enfermedad neurológica, caracterizada por una afección cerebral que ocasiona alteraciones en los potenciales bioeléctricos, por una hiperexcitabilidad neuronal, con descargas paroxísticas, bruscas, rápidas y repetitivas en cualquier zona del cerebro.

@ Causas o etiología

Existen muchas causas. Entre las más frecuentes citaremos:
a) Genéticas: suelen ser las más frecuentes. Por lo general, siempre hay un familiar con algún tipo de patología neurológica, psiquiátrica o de malformación (parálisis cerebral). Es frecuente en mellizos o gemelos. Entre los cromosomas más afectados se encuentran los números 2, 10, 15, 22 y 24.
b) Factores agresivos hacia el cerebro: partos distócicos con anoxia (falta de oxígeno cerebral), traumatismos cráneo-encefálicos, infecciones del sistema nervioso central (meningitis, encefalitis, abcesos, etcétera), malformaciones cerebrales y vasculares, enfermedades metabólicas, etcétera.

@ Características y formas de la epilepsia

Existen muchísimas formas y manifestaciones clínicas de la epilepsia, dependiendo de la zona y de la intensidad de la lesión cerebral.
Puede afectarse, dependiendo del tipo de epilepsia, la conciencia, el lenguaje, la motilidad, el tono muscular, la sensibilidad, la actividad sensorial y vegetativa, la vida psíquica, social y de relación.
En determinados casos, previo a las crisis, el enfermo puede tener síntomas como cefaleas, mareos, náuseas o una sensación indefinida de vacío u opresión que le sube del estómago al pecho.
En cada enfermo siempre es de igual manera: se llama "aura" (vientecillo anunciador). Es el inicio de la crisis.
Sólo citaremos algunas formas de epilepsia:
-Convulsiones febriles de la infancia (pata de cabra).
-Epilepsia mioclónica de la infancia.
-Epilepsia fotosensibles.
-Epilepsia gelásticas.
-Epilepsia gastrointestinales.
-Epilepsia musicogénicas.

Epilepsia con alteraciones del sueño: parálisis del sueño, sonambulismo, terrores nocturnos, soliloquios, encopresis y enuresis, etcétera.
Epilepsias temporales: tienen su localización en la zona temporal y límbica. Allí se controla y coordina la audición, visión, lenguaje, comprensión, memoria, emociones y normas de conducta, entre tantas otras.
Aquí se encuentra el fenómeno de lo "ya visto y de lo nunca visto".
Encontramos alucinaciones e ilusiones. También suele estar el "pensamiento forzado", es decir que durante la crisis hay una idea fija que no se puede dejar de pensar en ella.
En esta epilepsia pueden estar las ausencias, que se caracterizan por la supresión de todas las funciones mentales, incluyendo comprensión, reactividad y memoria. Durante las crisis el paciente no ve, no oye, no siente. Dura segundos o minutos. La terminación suele acompañarse de una sonrisa, sin recordar nada de los sucedido, pero una sensación extraña de que algo ha ocurrido.
Los familiares o docentes suelen catalogarlos de "distraídos". Las fugas epilépticas son otro de los síntomas de la epilepsia temporal. Durante las crisis se pueden realizar actos muy elaborados, como conducir un vehículo, o caminar y encontrarse en un lugar distante, sin una razón válida y con olvido total de lo realizado.
Ha tenido una actividad psicomotriz en forma automática y sin control ni conciencia de la misma.
Crisis psíquicas: estos son otro tipo de síntomas de la epilepsia temporal. Son manifestaciones en la esfera mental, emocional y conductual, tales como crisis de furia, cambios inmotivados de ánimo, dolores, cambios de la personalidad y de la conducta.
Es importante diferenciarlos de enfermedades psiquiátricas, psicológicas o de simulación. Hay casos en que coexisten con histeria y psicosis.
Esta sintomatologías, además de importancia personal, familiar, laboral, escolar y social, tienen importancia en la faz penal.
Epilepsia en la mujer: Es frecuente en la mujer que las crisis epilépticas aparezcan antes o durante la menstruación. Esto se debe a factores neuro-hormonales.
Los estrógenos ováricos tienen un efecto excitador y la progesterona un efecto inhibidor y en estas crisis pueden acompañarse de disfunciones en las menstruaciones.
La fertilidad tanto en la mujer como en el hombre epiléptico puede disminuir.
La disfunción sexual es frecuente, con disminución de la líbido, de la excitación sexual y del orgasmo.
Durante los embarazos suelen desaparecer o atenuarse las crisis, como así también durante la lactancia, por disminución de estrógenos.
La eclampsia es una complicación de riesgo durante el embarazo, presentándose con hipertensión arterior y convulsiones. Debe destacarse un tumor suprarrenal (feocromocitoma).
Estas mujeres suelen engendrar hijos epilépticos.
Epilepsias con convulsiones y severos retrasos psicomotrices: epilepsia de West, síndrome de Lennox-Gastaut, enfermedad de Rett, síndrome de Angelman, etcétera.
La epilepsia bien diagnosticada, medicada y controlada es compatible con una vida normal.

@ Inteligencia

Hay muchas definiciones, pero usaremos aquella que dice que es la actividad mental para enfrentarse a requerimientos nuevos, haciendo uso adecuado del pensamiento como medio.
Es la aplicación de las razones psicointelectuales en el lugar debido y del modo debido.
En la medida que podamos cuidar y preservar las funciones cerebrales y la salud mental estaremos ayudando a esa persona, es decir a la sociedad a ser más justa, más sabia, más solidaria y sobre todo más libre.
Dr. José A. Argarate