Recientemente, en conferencia de prensa, la secretaria de Salud, Sandra Bossa, y el director del Hospital villanovense, Emanuel Pavone, informaron sobre la reestructuración de los servicios, asegurando, entre otros puntos, que se iban a agregar más profesionales de la salud y que harían más eficiente la entrega de turnos para evitar que la gente tenga que ir de madrugada a esperar por su número.
Sin embargo, lo que no dijeron es que esa “reestructuración” iba a caer en la espalda de los trabajadores del lugar, la mayoría registrados como facturantes.
Según pudo conocer EL DIARIO, a los médicos de Guardia les indicaron que iban a abonar algo menos el trabajo de los profesionales. Según trascendió, de 1.500 pesos que abonaban las guardias de cuatro horas los domingos y feriados, la comenzarían a pagar unos 250 pesos menos, es decir, igual que el resto de los días.
En otros casos, los que llaman “mensualizados”, recibieron una merma en sus ingresos de hasta 400 pesos, cifra no menor si se tiene en cuenta el contexto inflacionario.
Para tomar un ejemplo, un profesional de la salud, como un radiólogo o un fisioterapeuta, percibe, por cuatro horas diarias de labor de lunes a viernes, 3.000 pesos al mes. Esa cifra no es en concepto de salario, sino que es la que facturan a la Municipalidad. Es por eso que el trabajador debe descontar de eso lo que aporta a la AFIP como monotributista, que es casi el 20% de ese ingreso.
Sumado a lo exiguo de la cifra, hay que señalar que hubo demoras de hasta dos meses en los pagos.
La estructura edilicia y la aparatología del Hospital de Villa Nueva son realmente para destacar, dado que permite la atención de salud en un ámbito agradable, cómodo y limpio. Sin embargo, la salud se presta con los recursos humanos, que son lo más valorable del sistema.