Desde el martes de la semana pasada, los empleados de Agromaní decidieron apostarse en las puertas de la empresa para no dejar salir ni entrar mercadería hasta que no le abonen las deudas salariales de 2012.
“En concepto de un aumento que tuvimos el año pasado del 21%, deben a los 35 trabajadores nucleados en UATRE unos 80 mil pesos”, explicó Jorge Vázquez, delegado de ese gremio, al término de la frustrada audiencia en el Ministerio de Trabajo, a la que no asistieron los representantes de la empresa radicada en La Laguna.
“Estamos muy preocupados porque son muchas fuentes de trabajo que corren riesgo”, dijo.
La firma dedicada a cosechar, procesar y comercializar maní, tenía empleados a 80 personas. Algunos hacían tareas encuadradas dentro de UATRE, otros en comercio y el resto, en Urgara (recibidores de granos).
En diciembre último, despidieron a unos 20 trabajadores de los últimos dos gremios mencionados. En la audiencia de ayer, el abogado del Centro de Empleados de Comercio (CEC) Martín Silvano, confirmó que Agromaní les abonó a los despedidos el sueldo y aguinaldo de diciembre, pero no las indemnizaciones. “Creo que no dejan alternativa, habrá que iniciar la demanda”, dijo el letrado.
En el caso del resto de los trabajadores, la mayoría de UATRE, la empresa les adeuda salarios. “Se habían comprometido a pagarlos el 6 de diciembre, nos pedían tiempo y los esperamos. Ahora los compañeros ya no creen más y van a seguir allí hasta el final”, agregó Vázquez.
Signos de preocupación
Agromaní es una sociedad anónima integrada por Ricardo Vignetta y Héctor Pac.
En su oportunidad, Vignetta aseguró a EL DIARIO que los problemas financieros se originaron en la última cosecha, que fue muy mala. Sin embargo, vienen acumulando deudas con la cooperativa eléctrica, los trabajadores y los bancos.
Todo un signo de la situación de la firma manisera es que el encargado de abrir y cerrar la puerta “es un empleado del Banco de Córdoba. Nosotros no sabemos muy bien por qué, pero debe ser porque está todo embargado”, razonó Vázquez.
Por su parte, la Cooperativa de luz de La Laguna rechazó un cheque que le habían ofrecido de algo más de 20 mil pesos para que reconectaran el servicio de energía eléctrica.
El motivo del rechazo es que la deuda asciende a 1.600.000 pesos, según informaron miembros del Consejo de Administración de ese organismo. La abultada suma hace temer que la crisis de la empresa provoque crisis en otras instituciones de la localidad.
Con ese panorama, sin recursos económicos para seguir produciendo, pocos ven una salida. Temen que la firma se malogre dejando 80 desocupados en un pueblo de 1.400 habitantes, con las consecuencias sociales y económicas que traerá aparejada a toda la región.