Las peñas de la costanera que anticipan el máximo evento artístico de la ciudad en el Anfiteatro, el Mundialito de fútbol con la presencia de miles de chicos y muchos de sus familiares, un río siempre dispuesto a brindar su belleza y el mismo centro cubierto de tardes calurosas y noches de atrayente luna, le regalaron a Villa María, el sábado y ayer, una multitudinaria fisonomía.
Lugar por donde uno fuese, lugar donde había gente, con el lógico estandarte de la costanera como zona permanente y cubierta de atracciones. Allí, los villamarienses y los visitantes tienen de día lugares de sobra para el asado o el mate y de noche, el aroma a locro que invita a sentarse a comer.
Lo cierto es que hasta la Peatonal céntrica no se sintió abandonada en estos días y, sin querer competir con la costanera ni con las peñas, el sábado a la noche prendió sus luces a muchas personas que prefirieron pasar un rato en el centro. Con todo, Villa María es a fines de enero un festival de gente.
Fotos:
Chicos animando a la gente en uno de los tantos lugares para la expresión artística
Sergio Lamas pasó por Villa María, después de tantos años, y el sábado cantó en Gula
Sobre la Bruno Ceballos, guitarras al viento y todo el mundo bailando sobre la avenida
La noche estuvo agradable para encontrar un lugar y cenar al aire libre, cerca del “Anfi”
Familias de Casilda vinieron por el Mundialito de fútbol y pasaron la tarde en el predio del Centro Empleados de Comercio
Las peñas de la costanera se llenaron de zambas y chacareras para hacer saltar de las sillas a los bailarines
Una peña bajo techo en el Salón Dorado de Central Argentino, para cenar y disfrutar del humor y la música
Ayer, cuando el sol volvió a calentar, el río fue el lugar elegido para comer un asado o tomar unos mates
El centro villamariense demostró esta vez que no siempre está vacío en enero y febrero