“Esto es una corrección de un desajuste que venía en la cotización del dólar. Es producto de la inflación. En 2011 hubo una devaluación del 7% y una inflación del 25%, en 2012 la devaluación fue del 11% y la inflación del 25%, recién en 2013 se sinceró con una devaluación del 32%. La economía había perdido competitividad”.

Con este concepto el contador local Darío Poncio abrió la charla, con la periodista de EL DIARIO, sobre las medidas económicas tomadas por el Gobierno nacional.

La devaluación es una medida ortodoxa, señalamos.

“Por más que sea una medida ortodoxa era necesario tomarla, porque el Banco Central seguía perdiendo reservas. Además se generaban algunas cuestiones negativas, mucha gente para no perder poder adquisitivo quería ahorrar en dólares y no podía. Hubo 50 mil consultas ayer en el país para comprar dólares, si todas fueran consolidadas y les vendieran dos mil dólares por persona son 100 millones. No es mucha plata”.

La próxima pregunta que le planteamos al titular de Poncio Consultores Asociados giró sobre los “ganadores” y “perdedores” con esta medida.

“Los principales ganadores son los del sector exportador, sobre todo el campo. Con un dólar a 8 pesos va a tener una soja de 2.600 pesos. Creo que es bastante rentable, sobre todo si el campo es propio. También gana el sector industrial y las economías regionales exportadoras.

El ingreso por turismo extranjero se va a fortalecer porque venía la plata, quedaba en el mercado paralelo y no llegaba al Central.

Los principales perdedores son los endeudados en dólares y los que tenemos ingresos fijos en pesos.

El objetivo del Gobierno es hacer converger el tipo de cambio oficial con el paralelo.

Va a depender exclusivamente de que haya confianza en los sectores exportadores, que liquiden los cinco mil millones de granos que tienen en los silos.

Hay que aguantar hasta marzo que después llega la cosecha nueva”.

 

Batallas perdidas

 

-¿La medida fue un reconocimiento de la inflación?

-“Sí. Además fue un reconocimiento de que fracasó el intento de pesificar.

El Gobierno tuvo un fracaso muy grande al no haber creado instrumentos de ahorro en pesos que permitieran protegerlo de la inflación.

Y perdió otra batalla más ante una economía cada vez más concentrada, oligopólica y monopólica, en todos los rubros que fijan los precios como quieren”.

 

La situación política

 

La medida económica está encadenada a la política y hacia allí se dirigió la siguiente pregunta.

“La presidenta Cristina Fernández de Kirchner, por su problema de salud, tomó la decisión de disminuir su exposición. No le viene mal. El que tiene solvencia técnica y política, Jorge Capitanich, es el que está poniendo la cara.

Si sale bien, puede ser que la presidenta salga favorecida y sea una gran electora (en 2015), si sale mal, es el fin del ciclo K”.

Para Poncio es necesario que exista confianza y la devaluación no se traslade a los precios.

“Veremos cómo se instrumentan las medidas”.

 

Córdoba, muy complicada

 

Entre los “grandes perdedores” con la devaluación, Poncio mencionó a nuestra provincia.

“La provincia de Córdoba está en una situación muy complicada. El 55% de la deuda de Córdoba está en dólares.

Esta deuda desde el 1 de enero se está viendo aumentada en 150 millones de pesos por día. Un hospital Pasteur por día.

Este Gobierno (de José Manuel de la Sota) o el próximo Gobierno tiene que ir a un ajuste”.

En este contexto, Poncio remarcó que parte de la deuda provincial la tomó el exgobernador Juan Schiaretti.

“Schiaretti tomó casi 700 millones para hacer el Estadio Kempes, El Panal (Centro Cívico) y otras obras”.

“Son inversiones no productivas”, destacó finalmente.