Si bien en esta sexta entrega del informe de investigación sobre los accidentes de tránsito, acaecidos entre enero y diciembre de 2013, se puso énfasis en las personas que sufrieron lesiones, no se puede soslayar la cantidad de transeúntes que, aunque “salvaron el pellejo”, no quedaron al margen de las instancias de tensión, impotencia, incertidumbre y enojo, como consecuencia de haber sido partícipe de un episodio de esta naturaleza.

 

Casi el 40%

 

Así las cosas, mientras 1.286 transeúntes (el 60,72% de los accidentados) resultaron heridos o fallecidos, otras 832 personas (el 39,28%) resultaron ilesas en cuanto al físico, pero afectadas en lo psicológico, en lo económico y en lo social por el trance.

Si observamos lo que sucedió con las mujeres hay que señalar que, sobre una población de 699 partícipes en los siniestros, sólo 169 (el 24,18% de las protagonistas femeninas) resultaron ilesas. Es decir, cada 20 accidentadas casi cinco no padecieron “ni un rasguño”.

El análisis de los datos hizo posible concluir que, entre la población femenina, resultaron indemnes dos niñas, ocho adolescentes, 50 jóvenes, 97 adultas de entre 30 y 60 años y 12 adultas mayores.

Entre los varones la participación en la situación problemática que se aborda fue notoriamente superior con 663 ilesos (el 46,73% de los hombres accidentados).

Entre los masculinos sin daños físicos personales se computaron 11 niños, 16 adolescentes, 153 jóvenes, 388 adultos medios y 85 adultos mayores.

 

Reflexión

 

Hemos escuchado, por otro lado, que no pocos conductores intentaron explicar su protagonismo en estos hechos, aunque no siempre lo lograron. Repetida fue la expresión: “¡Justo me tuvo que pasar a mí!”.

Sin embargo, la reiteración de estas situaciones traumáticas no hace más que expandir e involucrar en el problema a todos quienes residimos o estamos de paso por Villa María y Villa Nueva.

Tal vez, como apuntamos en la primera entrega de este informe, habría que empezar a encaminarnos a una solución si nos hacemos cargo de la situación y arrancamos con la pregunta: “¿Por qué justo nos pasa a nosotros?”.