"Si consiguió a Maná en menos de 500 mil dólares, me gustaría que (el intendente Eduardo) Accastello se sume a mi productora", dijo ayer el reconocido productor artístico y principal organizador del Cosquín Rock, José Palazzo, ironizando sobre las cifras de las contrataciones que ayer comenzaron a tomar estado público.
Lo que probablemente no haya sabido el avezado coordinador de eventos multitudinarios (entre ellos una edición del Festival de Peñas) es que los 360 mil dólares que el municipio adelantó meses atrás por el contrato del grupo mexicano Maná es sólo la primera cuota del convenio estipulado por un total de aproximadamente 900 mil de la moneda estadounidense.
La cifra sería levemente superior a la cobrada por los mexicanos en su última incursión en un festival de similares características al que se pone en escena a orillas del río Ctalamochita.
En Viña del Mar, espectáculo que sirve como inspiración a los propulsores de la iniciativa festivalera, se acostumbra transparentar lo que se gastó para contratar a los artistas del show.
Según lo publicado por el diario “La Tercera” del país trasandino (http://papeldigital.info/lt/?2013022401#), Maná se llevó en febrero del año pasado 350 millones de pesos chilenos, los que equivalen a 738.396 dólares por actuar en la Quinta Vergara.
Por lo expuesto, siendo el show similar en cantidad de minutos y ajuste monetario de una temporada a otra, rondaría entonces en la cifra expuesta párrafos atrás.
El costo del caché del grupo azteca por su paso en Villa María, confirmado por EL DIARIO de manera extraoficial, se presenta como parte de la millonaria inversión que la Municipalidad (Accastello aseguró que la comuna destinó este año al show dos millones y en 2013 sólo uno), el Gobierno nacional y aportantes del sector privado hacen para que el espectáculo se concrete.
Más allá del detalle particular que representa el oneroso contrato con el grupo oriundo de México, la grilla de artistas implica otras contrataciones adornadas con más de seis cifras.
El artista Marco Antonio Solís es un ejemplo y para que llegue al Anfiteatro Municipal la comuna habría arbitrado los medios para que los 400 mil dólares que cuesta el cantante fueran depositados en tiempo y forma.
Mientras las cantidades concretas que se abonaron en contratos son hoy una incógnita, el intendente Accastello comentó en el programa “Juntos”, de la emisora Cadena 3, que al término del Festival “se darán a conocer los números”.
Lo notable es que lo que expondrá públicamente no podrá compararse con lo gastado el año anterior, ya que el balance de aquella edición todavía no fue dado a conocer desde el Ente, que tiene hasta 18 meses después de terminada la actividad para presentar la rendición de cuentas del subsidio que recibieron.
Esta peculiar situación amparada por normativas de la Carta Orgánica Municipal, denunciada desde hace tiempo por los tribunos de Cuentas José Naselli y Gustavo Maristany, evidentemente complica la mirada no sólo de los encargados de controlar los movimientos del erario público, sino también para el ciudadano común que tiene derecho a saber adónde va lo que aportan los contribuyentes
Dimes y diretes
“No cuestiono la legalidad de lo hecho, sino que planteo y observo lo actuado desde el punto de vista ético, me parece una cuestión antiética ante lo que tenemos que vivir actualmente los argentinos. No quiero arruinarle el Festival a nadie, pero la gente también merece saber los dineros públicos que se gastaron en el espectáculo”, sostuvo ante la consulta de EL DIARIO el edil del Partido Villamariense, Darío Capitani.
Vale destacar que Capitani, con documentación aportada desde el Tribunal de Cuentas, expuso las copiosas sumas que se mueven en torno a la presente edición del tradicional evento villamariense.
Entre los documentos se pueden observar los movimientos de divisas con inicio en cuentas de la Municipalidad de Villa María en el Banco Nación, los movimientos de fondos a la sucursal del BNA en Nueva York y las transferencias finales hacia los sitios bancarios de la empresa “Palapa Music” que regentea las actuaciones que Maná efectúa en todo el planeta.
En el detalle de pagos transferidos se observa que se abonaron 103.626 dólares por “primer pago por transporte internacional y carga en el Festival Nacional de Peñas” y 344.470 dólares por “primer pago por la presentación de Maná...”.
La información que rápidamente ganó espacio en medios masivos de difusión nacionales generó polémica y fue rápidamente emparentada con el crítico momento económico que atraviesa el país y las restricciones que existen para la adquisición de moneda norteamericana.
En referencia a lo expuesto desde el Ente Villa María Deporte y Turismo Sociedad de Economía Mixta (SEM) indicaron que “a raíz de la falsa información difundida por algunos medios de comunicación acerca de los procedimientos administrativos para la contratación de artistas, los mismos se realizaron conforme a las normas bancarias e impositivas vigentes”.
“Los procedimientos se efectuaron a través del Banco de la Nación Argentina (Sucursal 304 de Villa María) las operaciones están enmarcadas dentro del rubro servicios profesionales, técnicos y culturales para transferencia de divisas al extranjero, obteniendo la autorización de la AFIP a través de la Declaración Jurada Anticipada de Servicios (DJAS)”, sostuvieron desde la comuna.
“En tanto se hace saber que la DJAS fue elevada al Banco Central de la República Argentina, quien aprobó las transferencias al exterior en la moneda correspondiente y de acuerdo a la cotización oficial en el día que se efectuó la misma”, acotaron.
“Este procedimiento no es de tipo especial para esta SEM, sino que es el mecanismo regulado para toda entidad, persona física o jurídica, pública o privada, que realice espectáculos culturales internacionales que requieran el uso de divisa extranjera”, también dijeron.
“Esta SEM se ajusta en todo a las normas, procedimientos y organismos intervinientes vigentes sin trato diferente de ninguna naturaleza”, redondearon.
Pérdidas y ganancias
“Como objeción apuntamos a la falta de información formal que hay sobre el evento. No se sabe nada de Maná ni de los otros artistas. Nosotros responsabilizamos al Ente que preside Marcos Bovo de no dar la información sobre el total del costo de la grilla del Festival”, indicó Capitani en diálogo con este medio.
“No queremos ser aguafiestas, pero tenemos intención de aclarar en términos económicos lo que está pasando. Nos parece poco serio que se oculten datos y pretendemos conocer en detalle las operaciones que se llevan adelante y logran que miles de dólares se vayan del país”, agregó el concejal.
Por su parte, el intendente, en el programa que conduce el periodista Mario Pereyra, concluyó que “el Festival está dando ganancias” y que con los recursos obtenidos se fomentará “el desarrollo de la música en los barrios de la ciudad, articulado con la Universidad Nacional de Villa María y las escuelas de música”.
Ni el taxi aéreo pudo escapar de la polémica
Si algún detalle le faltaba al entorno controvertido que está teniendo el Festival, el medio de transporte para traer a los artistas a la ciudad se ganó su lugar en la polémica.
Es que el avión de la Gobernación de Catamarca, contratado por el municipio villamariense para brindar el servicio, despertó en la vecina provincia un revuelo de proporciones.
Según publicó ayer “El Ancasti”, la comuna que lidera Eduardo Accastello alquiló el biturbo hélice (Metro Merling) en 205 mil pesos para vuelos de cabotaje donde se trasladarían a los integrantes del grupo Maná, a Marco Antonio Solís y su comitiva, y a Carlos Baute y sus acompañantes de viaje.
La diputada Marita Colombo (Frente Cívico y Social) anticipó que “el bloque de diputados se va a constituir a fines de requerir información respecto de este emprendimiento de carácter comercial que estarían realizando con los aviones pertenecientes a la Dirección de Aeronáutica que depende del Gobierno de Catamarca”.
Por su parte y en referencia al uso del taxi aéreo en cuestión, fuentes comunales ratificaron que el avión utilizado pertenece a la Dirección de Aeronáutica catamarqueña y cuenta con el Certificado de Explotador de Servicios Aéreos Nacional e Internacional de pequeño y gran porte de pasajeros, carga y correo, expedido por el departamento Transporte Aéreo de la Asociación Nacional de Aviación Civil (ANAC), “lo que le permite operar comercialmente en vuelos de carácter particular”.
