Como cada año se encuentran todas las noches desde el sábado 25 de enero y hasta el lunes 3 de febrero dando pequeñas charlas, explicaciones sobre el tema, atendiendo a interesados y dando testimonios.

Según relató uno de los representantes e iniciadores de la fundación, Rubén Aguiar, en la edición 2013 “completamos 195 fichas de potenciales donantes voluntarios, por lo que siempre es una ocasión auspiciosa estar en Las Peñas para nuestra de tarea de concientización”. 

Dentro del stand se encuentran cada noche distintos integrantes de Fundayt que justamente han recibido algún trasplante y quieren brindar su testimonio.

Es el caso de Edgar Broiero y Ricardo Gaido, ambos han sido trasplantados en dos ocasiones.

Edgar recibió hace veintidós años un riñón y hace once, un corazón. “Soy trasplantado cardiorenal y hace dos años que estoy aquí trabajando para tratar de lograr la mayor concientización posible, para que más gente done órganos porque hay muchas personas en lista de espera”.

Ricardo, es un joven cuyo primer trasplante se lo realizaron cuando tenía tan sólo diez años. “Hace catorce años que fue trasplantado por primera vez y un año y medio, por segunda vez de hígado. Hace varios años que estoy en la Comisión de Fundayt promoviendo las tareas para dar a conocer esta problemática”.

Respecto a las funciones de la agrupación comprenden que si bien realizan actividades de charlas durante todo el año, “en las dos primeras noches únicamente ya logramos inscribir cincuenta personas y lo más importante es que mucho jóvenes vienen a manifestar la voluntad de donar órganos”, explicó Broiero.

“Nosotros durante el año damos charlas, viajamos a otros pueblos, organizamos campañas, pero Las Peñas es más masivo”, sentenció Gaido.

En cuanto a su tarea de difusión por medio de su experiencia de vida, Ricardo dijo: “La gente cuando se acerca a preguntar no sabe que somos trasplantados y se sorprende de lo bien que estamos”.

 

De la espera, la esperanza y los miedos

Consultados sobre la posición de quien aguarda un órgano, el joven comentó: “A mí me pasó de esperar con diez años. Te despertás todos los días pensando ¿para cuándo?, más aún cuando estás internado que te gana la desesperación. Pero el alivio cuando finalmente llega es enorme”. 

El pos trasplante no acaba en los días posteriores a la operación, Edgar se explayó “esto es de por vida. Se necesita tomar los cuidados necesarios, especialmente con la medicación y lo más importante son las monodrogas que son las que te suben las defensas para que el organismo no rechace los órganos”.

Otro de los puntos álgidos relacionados a este tema siempre vigente, es el debate y las dudas que surgen a cerca de la instancia de la ablación y el operativo de trasplante. 

Edgar fue el encargado de esclarecer la situación, “no hay que tener miedo, porque el Incucai es de las mejores instituciones en nuestro país. Para que a una persona le hagan un trasplante, ya sea de un cadavérico o donante vivo, deben pasar por muchos controles. No hay forma de hacerse uno de manera clandestina; ningún médico se arriesga a hacer una operación tan grande, ni te pueden suministrar las drogas”.

En ese sentido, le dejó un mensaje a los familiares de pacientes que están en la instancia de decidir por éste, “cuando el donante es cadavérico, debe detectarse su muerte cerebral en una terapia y se hacen al menos tres pruebas. Si fallece en un accidente, los órganos no sirven, excepto las córneas. 

Pero puede que sólo los conecten a un tubo de oxígeno que mantiene oxigenado los órganos, ahí es cuando la familia decide que se le hagan las extracciones”.

Además, no cualquier paciente en lista de espera puede recibir, sino que más allá del orden de prioridad, por la urgencia, “se realizan pruebas de compatibilidad donde aparecen los posibles receptantes”.