El titular del Ejecutivo tuvo que aprender a bailar, cantar y zapatear bajo la lluvia. 

Porque en medio de las luces, los cortes de luz,  los camiones con equipos de sonido, los alacranes,  el dengue y las precipitaciones la política se filtró en los cortinados del escenario Hernán Figueroa Reyes, en las butacas y en las carpas del recorrido peñero.

No podía ser de otra manera. La política siempre está. Y en el Anfiteatro estuvo resplandeciente con sus brillos y sus sombras.

El intendente Eduardo Accastello se desayunó el pasado miércoles con el “efecto tequila”.

Contento por la llegada del grupo Maná, cuyo nombre significa en polinesio “energía positiva”, el jefe comunal recorrió el Aeropuerto de punta a punta esperando el aterrizaje del avión que a las 13.58 en punto empezó a carretear por la pista.

Era un día de “gloria” para el “modelo Villa María”. La reconocida banda que vendió más de 35 millones de discos en el mundo había arribado a la ciudad “del interior del interior”.

Pero, no todo fue una “revolución de amor” ni las energías positivas pudieron alejar las malas ondas.

 En el mismo momento, algunos medios nacionales apuntaron sus dardos contra el “intendente ultra K” acusándolo de haber “saltado el cepo cambiario” y transferido miles de dólares a las arcas del grupo mexicano.

Zapateo. Más allá de que el titular del Sillón de Viñas puede ser ágil en los saltos, no fue el único que trajo números internacionales al país, es más el jefe porteño Mauricio Macri es uno de los pioneros a la hora del “fomento de la cultura” con números internacionales que seguramente no cobran en pesos.

Y hago alusión al “muchacho de los ojos claros” porteño porque el gestor de las notas a nivel nacional, en un medio cuestionado por el oficialismo, fue nada más y nada menos que el joven concejal macrista Darío Capitani.

Capitani, con aire festivalero, decidió tocar el “clarinete” y salir al ruedo objetando los gastos realizados por el intendente. Tuvo su “salto” a la fama, sin duda.

Los que tienen buena memoria recuerdan que Macri desembolsó, según los medios nacionales, unos 500 mil dólares para traer a Usain Bold a la Argentina y hacerlo correr contra un colectivo.

Capitani no hizo mal en pedir rendición de cuentas, es su tarea como concejal de la ciudad, pero la coherencia es una de las virtudes de la política y precisamente uno de los pilares del discurso del macrismo. Si Macri “saltó el cepo...”

Obvio que el edil no puede manejar los títulos que pondrán los diarios y la verdad que el título hablando de un intendente “que saltó el cepo” no fue el más afortunado para el hombre del riñón de Macri.

Y en este punto, tal vez, Capitani tendría que haber esperado que pase el furor turístico y exigir una rendición de cuentas al final del Festival cuando los números estén aceitaditos sobre la mesa.

Y de paso, permitirle al ex árbitro y diputado nacional Héctor Baldassi sacarse algunas fotitos con la gente como hicieron otros dirigentes opositores, entre ellos el radical Diego Mestre.

Pero, la política es así y para zapatear el malambo no existen reglas. Y en nuestra danza, finalmente es la gente la que da el visto bueno a los mejores zapateadores.

Y, la verdad, es que al macrismo no le fue tan mal en las pasadas elecciones en Villa María. 

Zapateo y mudanza.

 

Visitantes inesperados

El efecto tequila trajo por estos pagos a visitantes inesperados. En las profundidades del lago se reflejó la imagen del gobernador de San Luis Claudio Poggi.

El mandatario que pertenece a la nueva camada política, cumplió 50 años, es un elegido de los hermanos Rodríguez Saá.

Si bien, el gobernador que estuvo sentado a la par de Accastello todo el espectáculo llegó promocionando el carnaval de su provincia, están los que buscaron bajo el agua.

No faltaron los curiosos que susurraron por lo bajo que los Rodríguez Saá tendrían “energía positiva” con el tigrense Sergio Massa.

El desembarco puede haber sido una casualidad o una causalidad, no será fácil saberlo ya que los políticos son reacios a revelar sus intenciones.

A pocos centímetros de Poggi estuvo la misma noche el sciolista Santiago Montoya. Por la costanera, andaba un vehículo de porte con el cartel “Scioli 2015”. 

En lugares privilegiados también estuvieron empresarios cordobeses, entre ellos el titular del grupo Dinosaurio Euclides Bugliotti.

Bugliotti y otras personas del mundo de los negocios fueron recibidos en un lunch en el Salón Blanco del Palacio municipal.

Accastello agradecido por las presencias, oxigenó sus pulmones y hasta se dio el gusto de ver a la ciudad en el centro de atención del país.

¿Quién puede decir que la cocina nacional no trasladó por unas horas sus cheffs a Villa María?

Hubo salado, picante y hasta agridulce en las mesas de la peña que se va alejando cada vez más de sus orígenes para vestirse de gala “internacional”.

En plena fiesta, el intendente tuvo que tragarse la frutilla de Fulop diciendo que los cordobeses “somos todos groseros”.

Para colmo, justo el furcio vino de una venezolana “antichávez”, cuya contratación no había caído muy bien en las filas de Unidos y organizados.

El efecto tequila tiene su precio con limón incluido.

 

“Si no te hubieras ido”

El efecto tequila siguió el viernes con la presencia de Marco Antonio Solís.

“Si no te hubieras ido sería tan feliz.”

Algunos se fueron y otros llegaron. 

El presidente de la Cámara de Diputados Julián Domínguez fue otro de los invitados. 

Y mientras esquivaba con diversos pasos meterse de lleno en los problemas nacionales, le brindó su apoyo a las aspiraciones de Accastello de llevar el “modelo Villa María” a toda la provincia.

También los carteles con la leyenda “Domínguez 2015” circularon por la ribera y el diputado lo atribuyó al deseo de “un grupo de amigos”.

Con el efecto tequila arribó el menor de los Mestre. Diego se dio el gusto de recorrer las peñas, saludar y repartir sonrisas acompañado por Gustavo Bustamante.

No tuvo mucho eco de sus correligionarios ya que como dijo un conocedor “a quién se le ocurre hacer una reunión en pleno Festival”.

 

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Esta tarde vi llover...

Entre tantas presencias de alto vuelo, la lluvia no quiso estar ausente y se apareció, así sin entrada, en la tarde de sábado.

Los reclamos vecinales por las calles anegadas tuvieron al jaque a todo el comité de crisis.

Todas las danzas practicó el equipo municipal. Al final, todo se tranquilizó y siguió la fiesta.

Zapateo final.