Diferente a años anteriores, el predio festivalero ya está totalmente armado. Generalmente comenzaban algunas peñas como la de La Agrupación Folclórica Villa María, la de Los Soñadores y Los Haravecos, pero los boxes de ventas no, en cambio esta semana anterior a la fiesta mayor están completos; así también la concurrencia es masiva como en pleno Festival. Esto se pudo observar el lunes por la noche cuando cercana la medianoche, los asistentes hacían cola para comprar su ticket en el patio de comidas del Jockey Club. Si bien el único atractivo musical de la noche del lunes, era el joven cuartetero Damián Córdoba, el público se llegó masivamente a la costanera a un paseo diferente.

Damián Córdoba: contorsión y transpiración

"Sabroso es show, Tru-La-La es bolichero, pero Damián es baile puro cuartetero...", así definía a su ídolo un joven, que descansaba luego del "pogo" de la primera parte. Luego del "aguante" y a las 22.30 comenzó su estridente y agitado recital-baile el joven catamarqueño, un muchacho que se inspiró cuando tenía 12 años, ante aquella invitación hecha por el desaparecido Walter Olmos y que en los últimos años está en ascenso continuo. La nueva "Mona" Jiménez dicen muchos, y las razones son válidas: solista en tiempos de grandes bandas como La Barra o Banda XXI, timbre de vos chillona, mucha contorsión y transpiración y una comunicación y entrega como la de nuestro simio mayor.
Con tres entradas e intervalos de veinte minutos, el cuartetero entregó al millar de personas presentes todos los temas de sus volúmenes I, II y III, con sus cuatro hits: "Te quiero dar"; "Me cagaste la vida"; "Todo se terminó"; "Miénteme" y otros para llenar las tres horas de entrega y pasión por la música popular cordobesa.