Es difícil discernir cuál es la razón por el abrupto aumento de la carne de los últimos 10 días, que subió entre un 20% y un 25% en la mayoría de los cortes.
Juan Carlos Vieyra, carnicero de barrio Sarmiento, señaló que hoy la pulpa está a 65 pesos y un kilo de asado, a 68. “Es más o menos un 20% de lo que estaba hace unos días. La carne venía aumentando desde diciembre en forma paulatina, pero el último salto se sintió mucho”.
No oculta su preocupación “porque seguramente se va a vender menos”, aunque admitió que hasta ahora no hubo retracción en el consumo, al menos, en su carnicería de barrio. “Pregunte y va a ver que en cualquier lado el kilo de carne está entre 65 y 70 pesos el kilo”.
En otros negocios del centro y en los sectores de carnicerías de supermercados explicaron que la gente lleva cortes más económicos o menos cantidad. Porque, con más o menos presencia, la carne vacuna sigue siendo un ingrediente principal en la mesa de los argentinos.
“Este último aumento creo que hizo reprogramar asaditos y la gente se volcó hacia el puchero, porque más allá del corte que sea, la idea es que no falte la carne en la mesa”, dijo el empleado de la carnicería de un supermercado de la ciudad.
Las razones
En busca de las razones que empujaron el aumento abrupto de los últimos días, EL DIARIO consultó con otros actores de la cadena cárnica.
Raúl Savena, consignatario de Hacienda, explicó que el último remate se suspendió por la lluvia y que hoy tienen programado otro, en el que estima que los precios se mantendrán firmes. Esto es porque “la oferta es escasa (muchos no pudieron cargar animales por el estado de caminos a causa de la lluvia) y la demanda actúa con firmeza”.
Desde el Frigorífico Meat SA, que ofrece los servicios de faena en la ciudad, Luis Renaudo, encargado de compras, dijo que están viviendo una situación de mucha incertidumbre, particularmente porque compran sin precios los insumos importados.
“Nosotros adquirimos el lunes un insumo -ya sea la etiqueta que te exige el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria o los productos de limpieza- y la empresa proveedora te hace una nota de débito con precio abierto. Llega el viernes o el martes, según sea la empresa, y te encontrás con que es el doble del valor y lo tenés que pagar. Se hace muy difícil trabajar así”, indicó.
Hasta el momento, ellos fueron previsores y cuentan con un stock que les permite resistir esta incertidumbre. “Pero no es fácil a largo plazo. Si, por ejemplo, no tenemos la etiqueta, no podemos faenar y ahí sí que se va a complicar toda la cadena”, agregó.
A juzgar por los testimonios del consignatario y el encargado de compras del frigorífico, habría dos razones que puedan hacer entender la suba de la carne: la primera, la poca oferta de cabezas de ganado y la segunda, el aumento en los costos de la faena. Sólo este último argumento tiene relación con el precio del dólar.
El consumo venía creciendo
En los dos últimos meses se notó un crecimiento importante en la cantidad faenada por Meat SA, el frigorífico ubicado en la prolongación del bulevar Alvear.
Según explicó Renaudo, “en diciembre se faenó un 20% más que en noviembre”. Se podía pensar que ese crecimiento tenía que ver con las fiestas de fin de año, “pero en enero nos encontramos con otro récord”, informó. Habrá que ver los números de febrero con el aumento de los precios.
Según datos proporcionados por el frigorífico, en diciembre de 2013 se faenaron en la empresa 3.482 cabezas de ganado bovino, lo que representó 670.450 kilos de carne. En enero de 2014 la cifra trepó a 4.500 cabezas, con 730.600 kilos de carne.