Las luces del Anfiteatro se apagaron, pero el “festival” político sigue su curso. El concejal macrista Darío Capitani afirmó el domingo a EL DIARIO (nota publicada en nuestra edición del lunes) que sus objeciones no tenían nada que ver con estar en contra de la cultura o generarle un daño a la ciudad.

El presidente del bloque oficialista, Rafael Sachetto, tras leer la nota, se ubicó frente a la computadora y se dispuso a responderle.

El escrito, enviado a nuestra Redacción, expresó lo siguiente:

“Llaman mucho la atención las palabras del concejal del Pro Darío Capitani al referirse a la administración del Festival de Peñas en particular y a la gestión municipal en general. Pretende el concejal convencer a los vecinos que su accionar ‘no hace daño’ ni al Festival ni a la ciudad, pero lo cierto es que mucho de lo actuado por él genera malestar, desconfianza, sospecha y todo ello impacta en la ciudad generando daño y resquemor en los vecinos. Dura poco, es cierto, porque inmediatamente esa actitud colisiona contra la realidad volviéndose en contra del propio concejal opositor.

 

“Los votos en contra...”

 

Analicemos a modo de ejemplo algunas acciones en el ámbito del propio Concejo Deliberante que caracterizan de cierto modo su acción política dentro de la ciudad (no me refiero bajo ningún aspecto a la persona del concejal, sino a su criterio político). El Gobierno municipal decide comprar 11 hectáreas de tierra para viviendas y él vota en contra (aclara que es porque no acuerda el procedimiento), es decir, que si la compra dependiera de su voto, muchos vecinos no tendrían soluciones habitacionales. 

Vota en contra de convenios del municipio con cooperativas del trabajo social, que generan mejores condiciones de vida a muchos vecinos y hacen un aporte real a la ciudad. 

Vota en contra los presupuestos generales del municipio, pero luego hace un pedido de informes, cuando si dependiera de él, la Municipalidad no podría ejecutar sus partidas bajo las normas y reglas presupuestarias y menos hacer mucho de lo que el Gobierno municipal realiza para los vecinos. 

Votó en contra del crédito para la repavimentación del casco céntrico, obra que sobre todo genera más seguridad vial y que si de él dependiera, no se hubiera realizado. Por último y a modo de ejemplo también, vota en contra de todo lo que venga o se realice por parte del Ente Deporte y Turismo, por lo cual esta actitud respecto del Festival Nacional de Peñas responde a un criterio y decisión política de hacer todo lo necesario para que le vaya mal. 

Y lo que hace el Ente no es sólo el Festival, los dineros que dispone son también para deporte social y para generar estrategias y acciones que atraigan a muchos visitantes y que generen ganancias para el comercio y servicios locales, mejorando las posibilidades de trabajo. Está claro: su actitud demuestra una dualidad en su accionar. Aparece como cordero, pero con piel de lobo.

 Asimismo, escuchar al concejal Capitani hablar con un medio de alcance nacional, descargando una artillería de sospechas sobre la administración del Festival, nos hace pensar en que difícilmente busque hacerle algún bien a la ciudad que ha puesto al Festival en su mejor momento histórico.  

 

“Poner en vilo a la ciudad”

 

Es difícil pensar que lo anima una voluntad constructora, cuando tira al aire nacional datos sospechosos y cargados de mala intención. 

Esta mala intención queda plasmada en la incoherencia del planteo cuando su jefe político en Buenos Aires hace lo mismo y al concejal villamariense no le preocupa, pero cuando se hace en Villa María lanza una batería de diatribas intentando poner en vilo a toda la ciudad. 

No preocuparse porque Macri en la CABA haga pagos similares en dólares, pero sí que lo haga nuestro Gobierno es clara muestra del carácter incoherente y criterio político adverso a la ciudad y a las cosas que a ella le hacen bien. Las primeras declaraciones de Capitani no eran pidiendo información, sino que eran acusatorias de violación de normas cambiarias, utilización de dineros públicos y muchas otras aseveraciones, tal como querer hacer creer que el Gobierno de Catamarca no puede alquilar su avión para el traslado de los artistas y plantear que eso no es ético. Para la acción política del concejal del PRO, la ética también debiera ser algo a lo que tiene que ajustarse.

 Por último, quiero plantear que el propio lugar desde donde el concejal opositor obtiene la información que maliciosamente publica, la obtiene del órgano de contralor municipal, con lo cual queda en evidencia que no hay ocultamiento de información, sino una oportunidad para tener ocho minutos de fama”.