Por Feliciano Tisera  

    Especial para EL DIARIO

 

Una de las características centrales del Reino Unido es la humedad y la lluvia: se dice que el tema de conversación más habitual entre sus habitantes es el clima. Por eso es que los británicos salen como desaforados a disfrutar del sol cada vez que éste hace su aparición. Y tienen dónde: justamente esa humedad casi permanente hace que la isla sea un auténtico vergel.

Ante esta característica de su clima, los residentes en la isla han sabido crear espacios verdes como nadie, y por eso la vida en Londres, la capital de Inglaterra, está atravesada por sus parques: tiene ocho reales (los más famosos, cinco de ellos en la zona central de la ciudad), y cantidad de otros más pequeños. En este espacio nos ocuparemos de los tres mayores de la zona centro: el Hyde Park, los Jardines de Kensington, y el Regent’s Park.

 

Dos en uno

Formalmente, el Hyde Park y los Jardines de Kensington son dos parques diferentes, pero en la práctica ambos están juntos, por lo que se puede decir que forman un solo espacio verde de 250 hectáreas, en medio de una de las ciudades más cosmopolitas y ajetreadas del mundo.

Si vas en verano, podrás nadar en el Lago Serpentine (llamado así por su forma curva), que tiene habilitada una zona de nado libre. Pero si estás en Londres el 1º de enero, también te podés meter al agua para participar del tradicional baño de Año Nuevo: valientes nadadores rompen el hielo que cubre el lago para mostrar su aguante a las bajas temperaturas.

Otra atracción de este espacio verde es el famoso Speakers' Corner (La esquina de los oradores): un espacio habilitado para que cualquier persona se suba a una escalera o a un taburete y se ponga a disertar sobre lo que le venga en gana. Otra cosa es que alguien les haga caso. Pero es un espectáculo digno de ver. Para evitar incitaciones al odio o discursos insultantes, siempre hay algunos policías vigilando. Aunque casi nunca intervienen.

Desde 2004, en el Hyde Park se encuentra la Fuente Memorial a la Princesa Diana, construida en recuerdo de la desafortunada Diana de Gales, uno de los personajes más queridos por el pueblo británico, trágicamente fallecida tras un accidente automovilístico en París en 1997.

En los Kensington Gardens vas a poder encontrar una popular estatua en bronce de Peter Pan, ya que este entrañable personaje creado por James M. Barrie vive aquí en la novela “Peter Pan en Kensington Gardens” (de 1906), haciéndose amigo de las criaturas fantásticas del parque.

Los jardines también tienen su propio recuerdo de Diana (que vivía allí mismo, en el Palacio de Kensington): un espacio de juegos para niños en homenaje a ella en el que podemos encontrar un barco pirata, tiendas de indios y muchos otros juegos.

 

El tercero en cuestión

No lejos del Hyde Park, también en la zona centro de Londres, unas 20 cuadras al norte, se encuentra el Regent’s Park, que en sus dos kilómetros cuadrados de extensión alberga los Queen Mary Gardens (Jardines de la reina María, en homenaje a la reina consorte María de Teck, que, oh casualidad, había nacido en el Palacio de Kensington), donde los amantes de la botánica podrán apreciar más de 400 tipos diferentes de rosas.

En este espacio también se encuentra la mayor zona para la práctica de deportes al aire libre del centro londinense, así como un teatro al aire libre y el Zoológico de Londres. En el extremo norte del parque se encuentra Primrose Hill (la colina de Primrose), desde donde se puede apreciar todo el centro de Londres, en lo que es una de las mejores vistas de la metrópoli. Además, en el lugar se puede encontrar una gran colección de aves acuáticas, con más de 90 especies diferentes de cisnes, gansos y patos.

Así que ya sabés: si además de los recorridos turísticos de rigor, querés desenchufarte del turismo-consumo, relajarte, y conocer un poco qué hacen los habitantes de esta ciudad cuando tienen un rato libre, dedicale tiempo a sus parques.