Los locales del rubro gastronomía han crecido en cantidad durante los últimos años en Villa María y el verano es la época en la cual se reciben miles de turistas, que llegan aquí de paso para seguir camino luego hacia sus destinos, de ida y de vuelta. Otros arriban a la ciudad en busca de disfrutar eventos estivales como el nacionalmente famoso Festival de Peñas. De los comedores locales visitados, todos coinciden: durante el verano incrementa el afluente de turistas, pero los clientes locales y aquellos que vienen desde la zona no cesan su concurrencia.

 

 “Aumentó la venta delivery”

 

Anselmo Fratondi es el encargado del comedor que lleva el mismo nombre, en la zona de la costanera villamariense. Afirma que “se ha trabajado bien durante el verano” y que “respecto del año pasado se mantuvo estable”. Tomando la capacidad del salón y la del patio exterior con vista hacia el río, atienden a 180 personas repartiéndose las tareas entre 17 empleados, desde la cocina hasta que el plato llega a la mesa para que el cliente lo deguste. “El domingo pasado al mediodía tuvimos la capacidad totalmente completa”, cuenta Anselmo, mientras que el resto de los días el porcentaje de ocupación en el comedor es “entre el 60% y el 70%”. “Además hemos incrementado los pedidos de comida para llevar, el servicio de delivery”, agrega. 

Consultado acerca de los precios, Fratondi explica que “se aumentó aproximadamente diez pesos por ‘cubiertos’” y en general, ellos incrementan los precios cuando suben los costos de carnes. “Muchas veces aumentan otros productos como palmitos, ananás o jamones, pero no podemos subir precios sólo por eso”. En promedio, el costo por persona para comer en su salón es de 160 pesos, que incluye platos fríos varios para degustar a elección, plato principal, postre y bebidas. Todo dependerá, claro, de qué elija cada cliente. 

 

“Un 90% elige servicio diente libre”

 

Vincent está ubicado en la zona sur de barrio centro, sobre calle Corrientes. Como cada domingo, se preparan para recibir al público habitual: familias. “En general, los viernes por la noche recibimos gente de Villa María, mientras que los días sábados los clientes son de la zona. Los domingos, siempre, el ambiente es más familiar porque vienen chicos y grandes, todos juntos”, cuenta Gimena Galera. “De la zona recibimos gente de Noetinger, Oliva, James Craik. Tenemos mucha clientela fija”.

En el comedor cuentan con dos salones, pero uno de ellos está reservado para eventos privados. En el pasillo principal del salón abierto al público se extiende una larga mesa con toda clase de platos para comer fríos. “Un 90% de las personas elige comer sólo el diente libre de platos fríos”, cuenta Galera. 

Quienes decidan por esta opción pagan 85 pesos y pueden comer lo que quieran de lo que esté en la mesa, y cuantas veces lo deseen. “Sólo un 10% prefiere la mesa fría como entrada y luego agregar un plato principal caliente y postre”, agrega. En este caso, el promedio de costo por persona es de 120 pesos. 

Respecto a la cantidad de personas recibidas, Alvaro Galera sostiene que “se ha mantenido estable”, aunque durante los días del Festival de Peñas “se trabajó mucho, muy bien”. 

 

“Priorizamos los clientes antes que a Maná”

 

Silvana atiende el mostrador en La Parrilla del Colo, que se anuncia a sí misma como “La Parrilla VIP de la Villa”, ubicada a pocos metros de la esquina de bulevar Alvear y San Luis. Varias personas esperan su pedido de comida para llevar y los mozos alistan las mesas para recibir a la gente, cuando es ya casi mediodía. “La gente cuanto más se queja, más gasta”, comenta Silvana, sonriendo y mirando a los clientes. “El fin de semana pasado recibimos a Dyango. Y también nos reservaron mesa para recibir a Maná, pero querían que el comedor esté abierto de manera exclusiva para ellos”, explica. “No puedo atender a ellos y decirles que no a mis clientes, que se quedan afuera. Maná viene una vez y ¿después cuando? Los clientes vienen siempre”, agrega.

Por otra parte, comenta que en noviembre registraron una baja importante en ventas, pero que durante diciembre, enero y febrero el nivel “se mantuvo estable”. El promedio de una comida que incluya plato frío, plato principal, bebidas y postre ronda los 150 pesos.

 

“La autopista quitó clientes”

 

Naylé, del resto bar Giuseppe, afirma que “todos los fines de semana tuvimos lleno total”, pero las ventas aumentaron notablemente durante el fin de semana pasado. Sin embargo, Naylé explica que “las ventas durante la semana han bajado respecto de años anteriores” y deduce que la causa principal es que “ahora la gente pasa por la autopista” y no por el bulevar Alvear, que aún sigue siendo el trazado vial que sirve de nexo a la ruta nacional 9. Ubicado frente a la Terminal de Omnibus, en el resto bar Giuseppe, según comenta su propia encargada, “se manejan otros precios” distintos a comedores emplazados en otras zonas. “Acá hay mucha competencia cerca, por eso los precios son más bajos que en otros lados”. 

Por ejemplo, ofrecen un menú del día a 50 pesos durante toda la jornada, pero Naylé asegura que “los clientes prefieren esta opción para el mediodía”, mientras que en la noche los clientes eligen platos “a la carta” desde varias alternativas de sandwichería hasta carnes y pastas caseras. “Con 60 pesos una persona puede comer muy bien, con plato principal, guarnición y bebida”. Además, agrega que durante las horas de la mañana reciben a “gente de afuera” mientras que a la noche “la clientela es más local”.

 

Las propinas: quince pesos en promedio

 

Son quienes atienden al cliente y se encargan de que su paso por el comedor sea lo más agradable posible. De esto sabe, y mucho, Manuel Rodríguez, que lleva 50 años de trabajo como mozo y hoy recibe en la puerta a quienes llegan a Vincent. “Hay gente ‘propinera’, deja más que otras personas”, cuenta. Según él, “entre 10 y 20 pesos es el promedio” que, al momento de irse, la gente le deja por su servicio y atención. Sin embargo, Manuel considera que “dejan menos propina que antes”.

Por su parte, Claudio es mozo desde hace dos años en La Parrilla del Colo y su experiencia con la propina es variada. “Algunos te dejan dos pesos y otros, en cambio, 50”. Haciendo rápidos cálculos y promedios, Claudio establece que “15 pesos” es un buen y acertado número. De la cantidad de propina depende cuán satisfecho esté el cliente, que en general destaca “la atención y las carnes” del lugar.

Respecto de qué eligen los clientes para comer, el plato tradicional del comedor donde trabaja “son las carnes”. Además cuenta que, en vinos, “la marca Santa Julia es la más pedida”. En postres el flan lleva la delantera, seguido de ensalada de frutas y los helados.

 

Fotos:

Anselmo Fratondi y algunos de sus 17 empleados. El dueño del comedor, que lleva como nombre su apellido, afirma que aumentó la venta de comida para llevar

 

En Vincent la gente elige el servicio diente libre, que incluye platos fríos. Sólo un 10% opta por pedir platos a la carta. En promedio, el valor para comer por persona es de 120 pesos

 

“Cuanto más se queja, más gasta la gente”, dice Silvana, encargada de El Colorado. El plato tradicional del comedor son las carnes y, por eso, se anuncia como “La Parrilla VIP de la Villa”

 

Naylé, del resto bar Giuseppe, cuenta que lo más elegido es el menú del día. Con 70 pesos se puede comer a la carta