Para el Grupo Scout Gino Cittadini no es una situación nueva la que les tocó experimentar el pasado día sábado en horas de la tarde. Sin embargo, nunca deja de provocarles angustia y desolación. Llegaron al predio ubicado en avenida Costanera y se encontraron con un panorama que se repitió diez veces en los últimos ocho años: daños y, en este caso, robo de elementos que se encontraban allí.
“En verano vamos con menor frecuencia al predio porque no tenemos actividades. Hace 15 días fue la última vez que fuimos. Y este sábado volvimos. Por eso consideramos que el robo fue en las últimas dos semanas”, explica Carlos Freddi, coordinador del grupo. En esta ocasión la modalidad del robo fue la apertura de un “boquete” en la pared “a la altura de la bajo mesada”, agrega Laura, esposa de Carlos.
Cuentan que tomaron medidas de seguridad como “alambrar el predio para que esté cercado” y que la Policía “pasa varias veces en el día controlando, pero pueden observar sólo la parte del frente”.
Lo que se llevaron
Entre algunos de los elementos que se llevaron se encuentran “carpas, utensilios de cocina y herramientas de trabajo, como hachas y estacas”. En monto de dinero no saben con certeza de cuánto se trataría, ya que “muchas de esas cosas fueron donadas” y recién conocerán el precio de cada elemento cuando -dentro de no mucho tiempo- tengan que reponer lo que falta, para poder continuar con las actividades habituales.
“Las cosas que robaron son muy puntuales. Había elementos de mayor valor que podrían haberlas llevado tranquilamente. Y, sin embargo, eligieron elementos que nosotros, más allá de su valor, necesitamos para hacer actividades”, cuenta Carlos.
“Se llevaron una desmalezadora que nos costó muchísimo esfuerzo comprar. Se la llevaron con todo, accesorios, cuchillas. Todo”, dice Laura y no puede esconder su sensación de frustración.
Además de las donaciones recibidas los otros elementos, comentan, han sido adquiridos “con el propio bolsillo, la cuota mensual que se cobra a los chicos” y algún evento ocasional que realizan, como venta de comidas, cuando necesitan juntar fondos económicos con el objetivo de comprar herramientas o elementos puntuales.
En este caso, a algunos elementos deberán reponerlos antes del inicio de las actividades del grupo, que está previsto para mediados del mes de marzo. Carlos comenta que este tipo de situaciones no los favorece “porque los chicos se desaniman. En una oportunidad prendieron fuego una casita que ellos habían armado con palos”, relata.
Durante el año pasado, 30 chicos formaron parte del equipo de Scouts, sumados a ellos una decena de adultos que se desempeñan en la agrupación como coordinadores de los diferentes grupos de chicos.
“Esto no es casual”
El predio del grupo scout sufrió dos veces robos y las demás, destrozos, sin llevarse nada. Esta serie de daños comenzó luego de que el predio se disputara para la cesión al grupo o fuese cedido “a un gremio que lo quería”, explica Carlos. El municipio ofreció la mitad para cada entidad, pero la “gente del gremio quería la totalidad del terreno”. A partir del decreto municipal y respectiva ordenanza legislativa el predio pertenece a los scouts hasta que ellos decidan cesar sus actividades. Es precisamente desde ese momento que “comenzamos a sufrir los daños. Antes nunca habían entrado ladrones ni destrozaron nada”, agrega el coordinador.
Ellos no barajan la posibilidad de que se trate de hechos “casuales”, sino de actitudes “intencionales”. A pesar de eso, afirman que “no vamos a dejar de hacer nuestras actividades. No nos van a sacar del lugar”.