La intolerancia llegó a límites que no se pueden creer, la relación entre los seres humanos se hace difícil, tenemos sociedades cada vez más individualistas y más indolentes, pero a pesar de esto, creo todavía que no debemos mirar para otro lado para no ser cómplices y que todos juntos hagamos algo, pero urgente. No todo es comerciable como creen algunos seres humanos, no todo es como dicen algunas personas o como creen algunos que es el “a mí no me toca”; cuando por alguna catástrofe se necesita colaborar, le tendemos una mano al prójimo colaborando con comestibles y ortos insumos que hagan falta, pero cuando necesitamos soluciones muchas veces no llegan, o llegan muy tarde.
Tenemos que ser menos individualistas. No es fácil, es muy difícil. Tenemos que ser más comprensibles y más tolerantes, es una difícil lucha desigual con los medios, con sectores dentro del sistema que no quieren que esto ocurra, no les conviene. La sociedad de consumo crea cada vez personas más cerradas en sí mismas, en sus propios problemas, no mirando a su entorno ni a su alrededor.
Tenemos grandes pensadores y por supuesto grandes definidores de soluciones frente al televisor y los medios, terminando de despotricar con la frase “total, se roban todo los funcionarios”, ya algunos ni siquiera van a votar ni participan jamás en algo, diciendo “no se puede hacer nada, no te dejan”, encerrándose en su más hermético individualismo. Siempre, siempre se puede hacer algo, por poco que sea ayuda a los demás, todo se puede, no es muy difícil y podemos ser más tolerantes, más justos y menos egoístas. Todo en la vida se puede, todo tiene solución, alguna vez tenemos que hacer algo por amor a los demás.
No es que esto esté en crisis, pero vamos hacia ese camino.
Todos somos seres humanos, extrememos todo lo que podamos para poder revertir ese camino negativo; hagamos una sociedad más justa donde el objetivo sea el otro, aprendamos que se puede vivir y hacer cosas en diversidad cuando los objetivos son superiores a las diferencias, aprendamos de los presidentes que participaron en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
Hagamos una sociedad más sustentable y justa, en este planeta nos merecemos eso. La intolerancia ya se empieza a notar con las temperaturas extremas: al norte llegamos a 50 grados bajo cero y en el sur, 35, 40 y más de 50 grados de sensación térmica sobre cero. Somos intolerantes con nuestro planeta o hábitat. Con la prueba de armas químicas y nucleares perjudicamos la capa de ozono, tenemos poderosos empresarios a los que no les importa nada.
Empecemos por casa, mañana todo puede ser mejor.
Tenemos la obligación y el derecho de ser más y más tolerantes y volver a componer el tejido social. Nos hace falta, podemos hacer un entorno más sustentable y mejor para todos. No es que los otros tienen la obligación de hacer por nosotros, todos somos capaces de ser menos egoístas y encerrados en sí mismos. Se puede, tenemos que tratar. Todo esto es un viejo sentimiento donde tenemos que vivir y dejar vivir.
Jorge Rolotti
DNI 10.449.157