Independientemente de la mesura en las declaraciones públicas de los representantes de la Cámara de Farmacias, los profesionales del sector no ocultan su preocupación en cada conversación con clientes o referentes de las obras sociales.
Concretamente, manifestaron que el plazo de pago habitual de las obras sociales es de 90 a 120 días, lo que en un contexto de precios congelados de medicamentos, como vino ocurriendo en el último tiempo, no representaba más dificultades que las financieras propias del sistema. Era claro que lo que percibían, tres o cuatro meses después de haber vendido el medicamento, les alcanzaba para reponer el mismo remedio y conservar el margen de ganancias.
El escenario cambió en los últimos días, cuando se produjo un abrupto incremento de los medicamentos, que en ciertos casos alcanzaron al 400%. “En algunos casos se justifica por el dólar, en otros hay abusos”, consideró el farmacéutico que hizo oír su queja.
Esto representa que el pago de la obra social no le alcanzará para reponer el medicamento vendido y allí sí, la rueda del negocio se complica.
La mayoría de los consultados coincidieron en señalar que en el corto plazo la situación tenderá a normalizarse. Sin embargo, les preocupa el “mientras tanto” y analizan estrategias para que la devaluación les impida seguir con el negocio de venta de medicamentos.