“Es una situación repetida”, afirmó Jennifer, una joven menor de edad cansada que a su novio, M. (preservamos su identidad por pedido de las denunciantes) lo marginen a la entrada del boliche. La madre del pibe, Mónica Carriazo, admitió que se siente “muy mal por lo que le pasa” a su hijo.
Sostienen que en reiteradas oportunidades M. “ha sufrido” el “derecho de admisión” que se establece en algunos locales nocturnos de la ciudad. “En Jet-Set y en Quinoto no lo han dejado entrar en varias ocasiones y sin ninguna causa aparente”, agregó la novia.
La situación suele ser la siguiente: “Llegamos a la puerta del ‘boliche’ y a las mujeres nos dejan entrar. Siempre entran las mujeres, sin ningún problema. Pero cuando él quiere entrar, no lo dejan. Y no es al único que le sucede esto”, relató la joven.
Jennifer acudió a la Redacción de EL DIARIO para exponer el caso porque “me indigna y estoy harta”. Pero no está sola. La mamá de M., Griselda, también quiere contar “lo que le ocurre a mi hijo”.
“Considero que lo discriminan por su color de piel”
¿Cuáles serían los motivos de la prohibición en el ingreso? Ninguna de las dos mujeres tienen la certeza del porqué, aunque sí sostienen una hipótesis. “Mi hijo es mayor de edad, tiene 20 años, por lo que la prohibición no es por un tema de la edad”, dice la madre. “Hago de todo: le elijo la ropa para que vaya ‘bien vestido’, se cortó el pelo, no tiene aritos”, enumera. “Y asimismo, no lo dejan entrar. Yo creo que es por un tema de color de piel. Mi hijo es bien morocho”, agregó.
Al respecto, Jennifer contó que el jueves pasado por la noche fue la última vez que asistieron al local nocturno ubicado sobre calle Bruno Ceballos y que “ocurrió lo mismo”, aunque esta vez se sintió “desbordada”. “Tuvimos que esperar media hora para ingresar, después de que le negaran a él y a varios chicos la entrada al ‘boliche’. Estábamos festejando el cumpleaños de una amiga y por eso éramos varios los que fuimos”, relató. Explicó que “en la fila había dos chicos ecuatorianos y el guardia de seguridad les dijo ‘acá no es para venir a hacer lío’, cuando los chicos iban para divertirse. No entendían nada de lo que estaba pasando ni porqué no les permitían ingresar”, contó.
En la mayoría de las ocasiones en las que esto ha ocurrido, la joven indicó que ella ingresa “normalmente” y “espero hasta que él pueda entrar. A veces me avisa que lo logró y otras que no. Entonces yo salgo del ‘boliche’ y nos vamos”. Una situación habitual es que la persona encargada de seguridad argumente que el ingreso está permitido “sólo para clientes”, según comentó la joven.
Griselda añadió que “es reiterado esto y la verdad me parece repugnante lo que hacen” y aseguró que su hijo “es buena persona y sale para divertirse”. “En muchas ocasiones volvemos disgustados por lo que pasa”, dijo la pareja de M.. “Salimos para divertirnos, pasarla bien y terminamos angustiados”, finalizó.