El senador de la Nación Ernesto Sanz participó ayer de una reunión en la sede la Unión Cívica Radical (UCR) de Villa María, donde fue recibido por dirigentes de ese partido.
En diálogo con la prensa, Sanz -quien vino acompañado por los diputados nacionales Mario Negri y Patricia De Ferrari- aseguró que “estamos viviendo un fin de ciclo; después de más de 10 años de administración de un mismo signo político”, en alusión al kirchnerismo.
Señaló también que la particularidad de este “fin de ciclo” es que es “más turbulento que los anteriores”, dado que considera “inédito” que, la etapa en cuestión, “encuentra al peronismo administrando un final generado por su propio Gobierno. El peronismo es un partido político que gobernó muchos períodos en la Argentina, pero en otras ocasiones, como en el 50 y 70, no administró el final de ciclo propio porque hubo ruptura institucional y en el 90 se lo pasó a la Alianza”.
Asegura que en ese escenario, la UCR está construyendo una opción que será presentada en un mes y que incluye a otros partidos como el GEN, Libres del Sur, Coalición Cívica y Proyecto Sur, descartando al PRO de Mauricio Macri (alternativa que impulsa el radical cordobés Oscar Aguad).
“Vamos a presentar una opción decente, porque entendemos que si hay un signo que ha caracterizado a la Argentina en la última década es una corrupción desoladora y asoladora. Quiero que sepan que hay vida después del peronismo”, señaló.
“Tenemos que hacer una Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep) de la corrupción”, dijo, al informar que la ética será una de las principales banderas de esa alianza.
“Segundo, hay que recomponer el aparato productivo del país y finalmente, por citar los principales ejes, volver a poner todo en la educación para retomar la escuela formadora y dejar atrás a la escuela contenedora, que crea ciudadanos de segunda, tal como lo revelan las evaluaciones de calidad educativa”, aseveró.
Narcotráfico
A la hora de hablar de los principales temas de agenda, el titular del Comité Nacional de la UCR dijo que indudablemente lo que “pone en jaque a la democracia” es el narcotráfico.
“Así como los que militamos en los años 80 veíamos en los grupos que intentaban volver al autoritarismo un peligro para la democracia, en este tiempo es el narcotráfico”.
Asegura que el negocio de las drogas comienza corrompiendo a todas las estructuras, las de las fuerzas de seguridad, a los políticos, haciendo finalmente que el poder cambie de manos. No queremos que la Argentina se convierta en Colombia o México”, puntualizó.
En ese sentido, dijo que lo primero para afrontar el narcotráfico es reconocerlo. “Celebro que el ministro de Defensa (Agustín Rossi) haya reconocido que la Argentina dejó de ser un país de tránsito para ser un lugar de consumo y producción de drogas. Quiero recordar que hace tres meses Aníbal Fernández lo negaba”, dijo.
Tras ese primer paso, entiende que lo segundo es actuar en consecuencia, capacitando fuerzas de seguridad “de elite”, que incluyan a todos los órdenes de uniformados para combatir ese flagelo. Si bien entiende que sobre ese punto hay que abrir debate, afirmó que dejar el combate contra las drogas a las Fuerzas Armadas no tiene experiencias positivas en ningún país donde se aplicó.
“Hay que radarizar las fronteras. Hoy puede entrar y salir sin problema cualquier avión a nuestro país”, señaló. Se mostró también dispuesto a abrir el debate sobre la Ley de Derribo, que prometió impulsar Juan Schiaretti en el Congreso de la Nación.
El tercer punto es “salir a combatir la economía del delito”, por lo que cuestionó a la Unidad de Información Financiera (UIF) “por su ineficiencia”.
Federalismo
El último de los temas abordados en rueda de prensa por Sanz es el que refiere al federalismo. Cuestionó que el poder central se maneje por “chequera” y no por convicciones.
“En un sentido, Villa María parece Chivilcoy, ciudad de la que es oriundo (Florencio) Randazzo. Allí llega más plata que a sus ciudades vecinas. Probablemente, acá llegue más también porque el intendente es amigo del poder”, señaló, pero entiende que, en esencia, esa es una situación injusta. Cuestionó que el jefe de Gabinete reciba a los mandatarios amigos y no institucionalmente a todos.
“La chequera desvirtúa el mapa político y se usa para arrodillar a los intendentes”, concluyó.