Rivadavia empezó sumando de a tres y eso siempre vale. Después quedará para analizar en la semana el rendimiento, las situaciones de juego y demás. La victoria por 3 a 1 ante Sportivo Playosa no admite discusiones, más allá de que lejos estuvo de redondear una actuación sólida.
Sin embargo, “a la hora de los bifes”, tiró en la mesa a sus individualidades y terminó marcando diferencia de la mano de los Santoni y el olfato del “Pollo” Garis.
El primer tiempo tuvo un protagonista excluyente: el árbitro Eduardo Marzoli. No sólo se equivocó en varios fallos, sino que hizo la vista gorda ante golpes sin pelota y tampoco tuvo la dureza suficiente para sancionar con el rigor correspondiente otras entradas muy fuertes.
Así, entonces, ante la ausencia de autoridad, los dos equipos pegaron más de lo que jugaron y salió una etapa chata, en donde poco y nada pasó en los arcos durante 40 minutos. Contemos: un taco de Rodrigo Santoni a los dos minutos que salió desviado, un remate de Boulique a los 13’ y a los 40’ un tiro de Matías Rojas que despejó Aimar en la línea.
Y cuando todo parecía encaminarse al 0 a 0, ya en el descuento, una montonera en el área visitante -en donde hubo de todo- terminó con la chilena del ídolo de la hinchada. Sí, otra vez Franco “Pollo” Garis convirtió de esa forma para desatar la locura en la parcialidad local.
El segundo tiempo tuvo 10 minutos iniciales explosivos. Al minuto, Rodrigo Santoni cambió por gol un penal de Ciancio a Barrera. Ahí nomás, volvió a ser protagonista, pero no pudo marcar, como tampoco lo hizo Garis en la jugada siguiente.
A los 6’, sorpresivamente, la defensa “Verde” se quedó parada en un centro y Servetti, en soledad, descontó con un cabezazo.
Allí vino lo mejor del visitante, pero no tuvo la contundencia como para llegar al empate y dejó pasar el tren. Como contrapartida, la velocidad del “Chucho” Cerutti empezaba a complicar en el área de enfrente.
A los 26, Garetto le ahogó el grito de gol a Rodrigo Santoni tras una buena jugada personal y dos minutos más tarde el atacante habilitó en gran forma a Cerutti, que con tranquilidad definió por encima del achique desesperado del arquero visitante: 3 a 1. Partido liquidado y a otra cosa.
Sin jugar bien, Rivadavia fue un justo vencedor ante un Sportivo Playosa que por momentos mostró un toque aceptable en el mediocampo, pero que nunca tuvo argumentos como para torcer el rumbo del partido.
La figura
Franco Santoni. En el segundo tiempo redondeó una buena labor, peleando y corriendo en el mediocampo. Ante la ida del “Puli” Berterame del club, quedó como el dueño de la media cancha, distribuyó con criterio y siempre se mostró dispuesto a marcar a quien pasara cerca.
El árbitro
Eduardo Marzoli. Pésima labor. Su trabajo en la primera etapa fue realmente malo porque no sólo se equivocó en los fallos, sino que dejó pegar en forma grosera y no vio patadas y manotazos en sus propias narices. Además, fue mal acompañado por ambos asistentes, quienes tampoco observaron dichas incidencias, pese a estar muy cerca.
En detalle...
Retornos. La inmensa figura en el arco de Marcelo Berardo reapareció ayer en cancha del “Verde”, que logró el retorno de su arquero histórico tras la ida de José Gobbi. Y, en el “Albo”, regreso a la actividad el experimentado defensor Horacio Bustos.
Los nuevos. Finalmente, más allá de las numerosas bajas, Rivadavia, en su formación titular, sólo contó con dos caras nuevas: Berardo y Juan Pablo Sotto, recalcando su gran plantel de la última temporada. En el ST ingresaron Gustavo Cerutti y Guillermo Arce. En la visita, por su parte, hizo su presentación como titular Matías Moreno y en el complemento ingresó el juvenil delantero Federico Carpio.