En un momento bisagra de su camino por el Provincial, Alem sacó a relucir anoche su mística, ese espíritu de lucha que lo caracteriza, con la cuota precisa de inteligencia y guapeza. Y eso lo catapultó a un triunfo formidable en Bell Ville, ante el difícil Talleres, a quien redujo con un 2-0 que hasta pudo haber sido más amplio, si no fuera porque le anularon mal un gol y porque Federico Figueroa, autor de un golazo, se topó con el arquero Omar Montiel en un penal.

Ante un buen marco de público, el “León” le demostró a varios que, a pesar de haber perdido en la fecha anterior ante el mismo rival, guarda en su hombría el secreto del éxito y puede reducir a la mínima expresión a un equipo que venía como líder en la otra Subzona de la Zona 6.

Aunque tardó 10 minutos en hacer pie sobre un piso complicado para desarrollar buen juego, lapso en el que parecía que Juan Manuel Morales buscaba convertirse en el protagonista de la noche para Talleres, el “León” supo tomarle el pulso al partido, mostró los dientes en el mediocampo y fue tomando confianza de tal forma que se adueñó psicológicamente del encuentro.

Talleres quiso ir al frente, pero apenas Alem robó la pelota en el círculo central -apretando las marcas sobre los creadores del rival- la limpió rápido para alguno de sus delanteros que casi siempre encaraban mano a mano ante una defensa dubitativa.

En ataque, sin la presencia del suspendido Federico Ferrer y con Federico Figueroa en el banco, José Ledesma y Maximiliano Le Roux hicieron los movimientos correctos, pero a ello les faltó agregar puntería mientras Lucas Morre supo acompañar por izquierda y con criterio.

A los 13’ Diego Acosta amenazó con un gol, recibió un centro bajo de Lucas Morre y con tiro de primera en la puerta del área chica reventó el travesaño. Y a los 32’, tras una pifia de Le Roux, Ledesma entró solo por izquierda y le erró al arco cuando quiso definir al primer palo.

En el medio de las dos jugadas, Le Roux también se lo perdió con un remate desviado de zurda.

Esto reflejaba que Alem era más por sacrificio en la recuperación, equilibrio en sus líneas y sumatoria de situaciones de gol, pero tardaba en traducir esa supremacía por falta de eficacia. Hasta que Acosta tuvo revancha: a los 35’, en el mejor momento del visitante, el central captó un pase rasante por el medio que Ledesma dejó pasar y la colocó de primera, al palo más lejano del desguarnecido Omar Montiel.

El envión anímico del “León” luego del gol fue enorme y el equipo no terminó el primer tiempo por una mayor diferencia en el marcador porque el árbitro Carlos Boccolini, a instancias del asistente Federico Drubi, le anuló mal un golazo a Morre, quien si bien se encontraba apenas adelantado, había recibido la habilitación por un pase atrás de un defensor rival.

Enfrente, Talleres careció de reacción y lo más peligroso que generó en la etapa fue apenas un tiro de esquina olímpico que complicó a Giraudo y fue despejado por Cristian Agosto antes del final del período inicial.

 

Defensa y Figueroa
 

Sorprendido por la propuesta de su rival, Talleres intentó cambiar de actitud en el inicio del complemento buscando sociedades en tres cuartos, pero Alem ya estaba preparado para contrarrestar esa postura e incomodarlo en todos los rincones de la cancha.

Con el comando de sus hombres más experimentados y la enjundia de los más jóvenes (sobresaliente lo de Pedernera en la lucha), Alem se defendió unos metros más atrás, sin perder el equilibrio, y apostó al contragolpe.

Tanto fue el acierto del “León” en la disputa por la pelota, que Gabriel Narvaja, el DT de Talleres, terminó por sacar de la cancha al creador, un intermitente y aplacado Morales, para buscar un desnivel con el ingreso de atacantes.

Alem fue cortando circuitos, estuvo a punto de aumentar con un remate desviado de Le Roux y con el correr de los minutos acentuó la búsqueda de contragolpe con el ingreso de Tadeo Albiero y luego de Figueroa, quienes hicieron estragos en ataque.

Luego de los 30’ “Fede” provocó dos faltas, una en la puerta del área, que terminó con un tiro libre apenas elevado de Morre, y otra adentro, que derivó en el lógico penal. Pero el propio delantero no ejecutó bien desde los 12 pasos y la pelota fue atrapada por Montiel.

La situación parecía darle vida a Talleres, que buscó con centros a la olla, casi siempre despejados por los centrales Márquez y Acosta o contenidos por Giraudo.

La tranquilidad de Alem llegó con una joya final que justificó el gran partido de Alem. Un golazo propio de un delantero distinto como Figueroa, quien vio un contragolpe pasando la mitad de cancha, pero en lugar de encarar, le pegó desde casi 30 metros y, con Montiel adelantado, marcó el 2 a 0 de manera brillante.

Era la mejor forma para ponerle un moño al “León” y a Figueroa, pieza distintiva de un equipo que confía mucho en él, mientras atrás le pelean hasta Rambo y Terminator juntos.

La figura