Nilda Bertoletti vive en una precaria casa en calle Teniente Ibáñez al 2400, en barrio Felipe Botta, junto a sus cinco hijos: Rocío, de 16 años; Emiliano, de 14; Brandon, de 8; Morena, de 6, y Milagros, de 3. Oriunda de Laboulaye, Nilda llegó hace ocho años a Villa María y desde hace cuatro, cría a sus hijos sola. “Mi expareja está privada de su libertad porque abusó de mi hija Rocío”, contó Bertoletti. “Desde el año 2011 está cumpliendo su condena”, agregó.
La demanda de desalojo
El hecho es que el jueves pasado llegó a su domicilio una orden de desalojo que la intima a abandonar la propiedad en un lapso de seis días a partir de la fecha de notificación. Los que solicitan el desalojo son los cuatro hermanos de Jesús Rodríguez, su expareja. La vivienda donde habita Nilda era la casa en la cual vivía con Jesús y sus hijos. En la demanda de desalojo, presentada por los hermanos Rodríguez en noviembre del pasado año, exponen que la casa había sido cedida a su hermano Jesús, hasta tanto se decidiera “venderla, alquilarla o qué hacer”.
En la demanda expresan que “desde esa misma oportunidad, se terminó la relación entre ambos y, en consecuencia, todo tipo de comunicación” entre Jesús y Nilda. Sin embargo, cabe resaltar que Morena, de 6 años, es hija de Rodríguez.
“En el municipio no me dieron respuesta”
“Yo quiero irme de acá y necesito la ayuda del municipio. He ido varias veces a hablar con Verónica Vivó, que no me dio ninguna respuesta. Mi intención no es quedarme con la casa que a ellos les corresponde, quiero tener mi casa”, contó Bertoletti. “En la Municipalidad sólo me han dicho que tengo tiempo para tramitar algo antes de que me desalojen, que ya algo van a hacer. Pero yo no quiero exponer a mis hijos a un desalojo, a que nos saque la Policía”.
Nilda es trabajadora sexual y contó que “me gustaría conseguir otro trabajo”, principalmente para tener un ingreso estable de dinero que le permita sustentar a sus hijos, que dentro de pocos días comenzarán la asistencia a clases en la Escuela Juana Manso. “La municipalidad me ha ayudado en otras oportunidades. Una vez me dieron tirantes, ladrillos y una chapa para mejorar uno de los techos de la pieza de los chicos. A los tirantes y algunos ladrillos me los robaron; al pedazo de chapa la tuve que vender para comprar comida para los chicos. En esos días se acercaban las fiestas del 24 y 31 de diciembre y yo no tenía un peso. Además, me pedían ocho mil pesos los albañiles para hacer la obra, ¿de dónde saco yo esa cantidad de dinero?”, explicó Nilda.
Hoy la pequeña Morena asistirá al odontólogo porque “tiene toda la dentadura en mal estado” y necesita urgente una intervención para mejorar su salud bucal.
“Quiero tener un nuevo trabajo”
La mamá pide ayuda principalmente “del municipio, porque son ellos los que tienen que ayudarme en esta situación”. Asimismo, pide a quienes tengan “camas y colchones” que la ayuden con donaciones. Sin embargo, Nilda resalta que “lo que quiero es un nuevo trabajo”.
Quienes puedan ayudar a Nilda con donaciones o datos acerca de ofertas de trabajo, pueden comunicarse a su número de contacto, que es 0353-154090345.