Trabajar para la dignidad. Esa es la meta que se propuso el pastor evangélico Jorge Bustos para la comunidad toba de Palo Santo, ubicada en el monte chaqueño.
En los primeros viajes, este hombre que se gana la vida como albañil, además de llevar alimentos y ropa, realizó una serie de proyectos solidarios tendientes a dotar de mejor infraestructura a ese lugar olvidado por los blancos.
Así se puede ver hoy la incipiente huerta, el baño instalado hecho con ladrillos tradicionales “al que sólo le faltan algunos detalles” y el pozo que provee de agua no apta para consumo, pero sí para higiene y riego, con lo que se produce un importante ahorro del vital elemento que necesita esa comunidad integrada por casi un centenar de aborígenes.
Cooperación
Ahora va por más. Dado que la mayoría de los ciudadanos del lugar tiene un plan social o una pensión que le permite un ingreso promedio de 1.800 pesos, quiere fortalecer la cultura del trabajo para que la fuente para ganarse la vida sea a base del esfuerzo.
“Con el asesoramiento de un abogado, vamos a conformar una cooperativa de trabajo para producir y vender ladrillos. El problema allí es que mucha gente los engaña, por ejemplo, le cambian un kilo de harina por una artesanía que vale mucho más o una pilada de ladrillos por yerba”, indicó Bustos a EL DIARIO.
“La cooperativa permitirá formalizar el trabajo y hacer las cosas como Dios quiere que sean, comercializadas a precios justos”, enfatizó.
“Sin el amor de Dios no podríamos hacer nada. El nos da la fuerza para que estos proyectos estén en marcha”, dijo.
Por supuesto que las cosas no son fáciles para Bustos y su esposa. Actualmente, está haciendo extras como albañil para dejar pago unos tres meses de alquiler de su casa, para dejar a Rosa, su compañera y motor de estas acciones, con la problemática económica sin resolver. Cabe señalar que su mujer también trabaja como costurera y empleada doméstica.
Viajará a fines de marzo o principios de abril y se quedará en la comunidad por unos tres meses, para luego volver antes de fin de año. “El proyecto llevará alrededor de dos años. Una vez que terminemos todo, ellos estarán en condiciones de seguir solos y nosotros comenzaremos a acompañar a otra comunidad”, explicó.
Las acciones en Palo Santo se enmarcan en un proyecto global denominado “Amor por el prójimo”. “Esto es una muestra de que el amor por el prójimo se moviliza”, dice el hombre impulsado en sus acciones por la caridad cristiana.
Diez mil kilos de alimentos
Para que el principio del armado de la cooperativa no sea tan duro, Bustos anhela recaudar 10 mil kilos de alimentos no perecederos.
“Queremos que la gente de la comunidad no tenga que usar esa plata que recibe para las necesidades primarias, a los fines de que pueda dedicarse a la producción de ladrillos y a la comercialización”, indicó.
Quienes quieran colaborar, pueden aportar harina, yerba, aceite, azúcar, fideos, arroz, picadillo, caldos, té y leche en polvo.
Las receptarán en el domicilio del pastor, sito en Rivadavia 490 o bien comunicarse al teléfono 0353-154119719.
También procurarán llevar útiles escolares, para los niños de la comunidad.