La violencia urbana está echando raíces en muchos sectores de la ciudad, alterando la calma de los barrios de trabajadores que tienen que convivir con bandas que se enfrentan a balazos.
Tal fue la situación que tuvieron que padecer ayer en Las Acacias, concretamente en la calle Los Abedules, donde dos familias se enfrentaron a tiros desde las cuatro de la mañana hasta bien entrada la tarde.
EL DIARIO fue hasta el lugar, donde la mayoría de los vecinos prefirió no hablar por temor a las represalias de los integrantes de esas familias que dirimen conflictos a los tiros.
“Es triste ver a un chico de 13 o 14 años ir en moto con un arma en la cintura”, dicen los que se animaron a contar algo de lo vivido en la tarde del domingo. Mientras estábamos en el barrio, a las cuatro de la tarde, se seguían escuchando los tiros desde el final de la calle.
La Policía fue convocada por llamados anónimos al 101, pero nadie formalizó una denuncia, por el lógico temor a las “venganzas” de los vecinos armados.
El patrullero fue ocho veces en 12 horas, pero no encontró a los autores, supuestamente, dos jóvenes de entre 17 y 18 años integrantes de dos familias vecinas y en ocasiones, enfrentadas.
El cóctel de alcohol, drogas y armas produce un círculo del que es difícil salir. Los vecinos no se animan a denunciar, la Policía no puede ingresar a buscar a los agresores porque no hay denuncia y sin denuncia el fiscal no quiere dar órdenes de allanamiento. Mientras tanto, la violencia va ganando la calle.