De la mano de Claudio Díaz, Argentino consiguió un importante triunfo ante San Lorenzo de Las Perdices por 3 a 1. El equipo villamariense fue de menor a mayor, siempre de la mano de su “10”. Dos golazos y asistencias al por mayor que no fueron aprovechadas por los delanteros del “Lobo”.

En los primeros minutos la visita comenzó a generar peligro en cercanías del arco de Pereyra, aunque no era muy claro. Después de algunas llegadas fallidas, a los 13 m llegó la apertura del marcador. Díaz recibió un balón en soledad, desde 30 metros y sin marca decidió rematar para decretar el 1 a 0. La pelota, que “viboreo”, se le metió a un sorprendido Pereyra. 

Rápidamente el local respondió con un cabezazo de Scagliarini que se fue arriba. Para mal de peores, los jugadores del local comenzaron a ahogarse, quizás por la alta temperatura, y los dirigidos por Romero sacaban ventaja de ello, ganándole el mediocampo.

A los 18 m, Díaz frotó la zurda y dejó cara a cara a Gastaldi con Pereyra, pero el “Profesor” le tapó el remate. Minutos después, nuevamente el enlace (de chilena) habilitó al ex-Rivadavia, pero ahora el remate fue a la rodilla del uno santo.

San Lorenzo no tenía ideas y cuando lograba llegar mediante algún pelotazo o centro, los delanteros no estaban en los lugares indicados, lo que generaba tranquilidad a Bazzani y compañía.

Sin embargo, tras el parate para refrescarse, allá por los 31 m, la defensa del “Lobo” entró dormida y después de reanudar el juego el balón cayó en los pies de Haedo que remató y logró igualar el encuentro.

Pese a la paridad, el dominio del balón y la creación de juego continuaban para Argentino. A los 37 m Díaz habilitó entre varias casacas rivales a Cortez; pero el “Rayo” definió por encima del larguero. Luego, el veloz delantero tuvo otra (nueva habilitación de Díaz), pero Pereyra le ahogó el grito. Antes de finalizar la primera parte, Tóffolo envió un centro que dio en la mano de Luque, Luján entendió que fue casual y apeló al siga, siga. 

En el complemento Argentino continuaba dominando el mediocampo, la pelota y generando situaciones de gol, siempre de la mano de “Lanita” Díaz. A los 12 m, tras una pared con el juvenil Tóffolo, el goleador del pasado torneo definió de manera magistral picándosela a Luciano Pereyra. Golazo y 2 a 1.

El “Azulgrana” intentó responder de manera rápida y a los pocos minutos tuvo el empate en los pies de Jonatan Silva, pero el delantero se lo perdió de manera increíble debajo del arco, tras una buena jugada de Ferreyra por izquierda. 

En la siguiente, Argentino logró ampliar, otra vez manejando con buen criterio la pelota y aprovechando los espacios que por el sector izquierdo le permitieron a Danna llegar al fondo y enviar un centro para que Tóffolo defina a la red y grite el 3 a 1.

La superioridad en el resultado se podía ver claramente en el campo de juego, por manejo de balón, actitud, creación de situaciones de gol, Argentino era más que su rival. Y para sumar, Tóffolo comenzó una apilada, dejó a cuatro en el camino y a pura gambeta ingresó al área, definió por debajo de Pereyra, pero Aballay le cortó el grito enviando el balón al córner. 

Para el final sólo quedó la expulsión de Haedo que escupió a un rival. Luján no dudo en mostrarle el cartón rojo directo. Una pirueta de Díaz dentro del área que se fue desviada y una patada descalificadora de Balloco sobre Maximiliano Tóffolo, el juvenil de Las Perdices que viste la casaca de Argentino, que quedó tendido fuera del campo de juego. 

Los de Romero ganaron, gracias a Díaz, amo y señor del juego del “Lobo”. Su categoría fue demasiado para un “Santo” que le cedió terreno y el balón: un error que pagó demasiado caro.

La figura