Bajo presión y en un momento del torneo donde las pulsaciones aceleran más de la cuenta, Alumni tuvo anoche su mejor versión de fútbol. Y eso no sólo alcanzó para ganarle bien a quien llegaba como puntero de la Zona 10, Ferro de General Pico, sino también para salir de la Zona de Descenso y acercarse a su inmediato objetivo de permanecer en el Argentino B.
En una noche emotiva de arranque, pareció que Alumni, a pesar de sus pesares, era quien llegaba mejor en la tabla, ya que puso de rodillas al líder con un juego atildado, voraz, que hacía tiempo no se visualizaba en Plaza Ocampo.
La jornada no resultó del todo perfecta porque, en verdad, el equipo villamariense bien pudo haber cerrado el partido antes, cuando se floreó al toque y toque ante un rival que jugó gran parte del segundo tiempo con uno menos.
Sólo esa cuestión de contundencia le dio vida a Ferro hasta el final del partido, nada más.
El semblante de un equipo aguerrido, que lleva ganados 10 de 15 puntos en juego desde que llegó Juan Manuel Ramos, se verificó claramente desde el inicio.
Ni bien sacó desde el medio, Alumni generó una situación clara con Luciano Antonino surcando por la derecha para tocar atrás y Cristian Rami rematando desviado. Fue una tendencia de lo que sucedió. Porque Antonino, al igual que Emanuel Barbosa, fueron volantes bien ofensivos por las bandas. Y si bien Rami no estuvo inspirado, el gol llegó por decantación.
Precisamente, a los 5 minutos, tras un toque de Alejandro Jensen, Antonino envió un centro al área que Barbosa, entrando por atrás, transformó en gol con una palomita.
La fiesta fortinera empezaba temprano, pero tuvo cortocircuitos porque Ferro supo aprovechar cierta desorganización defensiva del local.
El equipo visitante puso a sus dos delanteros cuerpo a cuerpo contra los centrales rivales, que tuvieron problemas para detenerlos ante los pelotazos largos o profundos. De hecho, pareció que Leandro Sartor, emergente sustituto del suspendido Gastón Molina, iba a tener pesadillas por la diferencia de velocidad con Emanuel Hermida, quien precisamente se escapó a los 9 minutos y venció al arquero Jonathan Scalzo para establecer el 1 a 1.
Sin embargo, tan bien estuvo Alumni de mitad de cancha hacia arriba que su reacción positiva no tardó en llegar: a los 11 minutos, un tiro de esquina de Barbosa fue conectado de cabeza por Sebastián Godoy, quien cruzó la pelota al palo más lejano y nuevamente puso arriba a Alumni en el tanteador.
Créase o no, un encuentro que se anunciaba como cerrado en la previa, fue todo lo contrario. En 12 minutos, tres goles, mientras el local asomaba como dominador.
Es que Ferro no pudo salir de su postura de equipo contragolpeador, entonces abusó del pelotazo largo y dividió el esférico.
Por el contrario, Alumni fue más pulcro y criterioso. La puso bajo la suela de Sebastián Godoy o Daniel Ramírez y la llevó al frente con los traslados de Antonino y Barbosa. Todos conformaron una línea de volantes formidable para la estatura del encuentro. Y allí estuvo la clave de la diferencia en juego que Alumni le sacó a Ferro.
Pudieron haber aumentado Rami o Godoy, pero no tuvieron puntería mientras el rival penaba por salir limpio desde atrás.
Tuvo sus chances también el “Verdolaga”, pero sobre todo en los últimos minutos del primer tiempo, cuando Alumni parecía más cómodo, aunque sin encontrar seguridad defensiva.
No obstante, Scalzo aportó su habitual cuota de solvencia cuando le tapó un remate al habilidoso Ortellado. Y en otra situación, la pierna de Barbosa salvó un remate con destino de gol de Hernández, tras un centro pasado del propio Ortellado.
Las otras opciones de Ferro fueron entre el final de la primera etapa y el inicio de la segunda, en dos tiros de esquina que el central Narvello no supo capitalizar de lleno con sus cabezazos.
De todas maneras, el complemento fue otro porque Alumni cedió un poco más de terreno, tratando de juntar mejor sus líneas. Sin embargo, Ferro no tuvo la osadía de salir a lastimarlo en bloque. El pelotazo largo desde tres cuartos fue constante y eso fue beneficiando poco a poco la tarea de los defensores, que mejoraron con el tiempo.
Más allá de este panorama, Alumni casi siempre cuidó la pelota. Los del medio se juntaron a tocar, con buen control, y Ferro no encontró la llave para detener a Antonino ni a Barbosa, que hizo expulsar a un rival por doble amarilla, como para redonear la noche.
Tamaña supremacía villamariense no tuvo eco frente al arco contrario. Jensen, Antonino, luego el ingresado Gonzalo Baroni (sobre todo de contragolpe) y dos veces Rami (una tras un mal rechazo del arquero) merodearon el tercero y no pudieron concretarlo.
El triunfo, pese a ello, se escribió con grandes méritos. Y Alumni, en una noche de esplendor, encontró un poco de oxígeno para alejarse de los fantasmas del descenso, a una fecha del desenlace.
La figura
Emanuel Barbosa. Integró una línea de volantes de gran nivel en la noche y se transformó en figura no sólo por el gol, sino también porque hizo expulsar a un rival. Luciano Antonino estuvo prácticamente a su misma altura, al igual que Godoy (autor de otro gol) y Ramírez.
El árbitro
Leandro Bottoni. De Cañada de Gómez, tuvo una buena actuación, sin fisuras ni cuestionamientos. Amonestó debidamente y llevó el control del partido, bien apoyado en sus asistentes. Expulsó bien a López por dos amarillas.