Una miembro villamariense de la WEEAC Argentina rebatió ayer a Marcelo Scarponi, organizador de carreras de perros galgos de esta ciudad, y volvió a sostener que esos eventos se tratan de una práctica que atenta contra los animales.
En contacto con EL DIARIO, Claudia Lencina, aseveró que tiene pruebas para afirmar que los perros sufren maltrato y además consideró que la Municipalidad es cómplice de esta situación.
La respuesta vino a consecuencia de la entrevista publicada en la edición dominical de este diario, en la que Scarponi aseguró que no existe maltrato de galgos, en el marco de la suspensión de ese evento por parte de la comuna desde hace cuatro meses.
“Lo que saco en limpio de la nota es que al parecer los actos ilegales en esta ciudad se moverían impunemente. Por empezar se reconocería que se realizan carreras de galgos, lo aún más grave es que se deja en claro y se confirma la versión de los proteccionistas que el municipio no sólo estaría al tanto de las mismas sino que las habilitaría y por ende las avala”, declaró Lencina, quien consideró que es “lamentable” que se haya publicado la posición de Scarponi. No obstante, dijo que la difusión fue útil “para que no sólo se queden con la versión de quienes defendemos la vida del animal”. “Los policías que realizan adicionales allí y algunos veterinarios serían cómplices de estos actos ya que no los denuncian”, añadió.
La proteccionista dijo que está asesorada y conoce del maltrato “real que hay en dichas carreras, ya que contamos con documentación, testigos, casos de perros rescatados, perros hallados muertos o en camino a eso”. “Sin ir más lejos, en el mismo CAM hay un galgo malherido. En algunos casos se los estimula con drogas como broncodilatadores, hormonas de crecimiento, desfatigantes como anabólicos, cócteles con estricnina sustancia prohibida por ley, Arsenil compuesto de arsénico y quienes van más lejos hasta cocaína (ratificado el uso de la misma por el médico veterinario Cossia de Rosario). Se los picanea, los hacen entrenar con esfuerzo (arrastrar gomas o peso), se les exige más allá de su capacidad, muchas veces causándole desgarros y quebraduras”, denunció.
En este contexto, subrayó que “poco tiene que ver si están o no bien alimentados, una cosa no quita la otra, es como que una persona que ejerce violencia de género se lo absuelva porque alimentaba a su víctima”. “Muchas veces -continuó- hablan de la carne picada que le dan, pero no de cómo los menos pudientes los tienen con moquillo o pulgas. Son muchos los casos también de galgos abandonados cuando ya no sirven para su objetivo, sin ir más lejos hace casi dos años uno fue encontrado por una proteccionista a las afueras de la Estancia La Negrita muerto con sus patas atadas”.
En relación a un fragmento de la declaración de Scarponi, que dijo que los galgueros quieren a sus perros como otro miembro más de sus familias, Lencina dijo sentirse “anodada”. “¿Vende a sus hijos o nietos para ganar dinero? ¿Pone a correr a miembros de su familia con fines de lucro?”, se preguntó.
“No se puede considerar deporte cuando el animal no participa de manera voluntaria, bien lo aclara la Declaración Universal de los Derechos del Animal en su artículo 10, lo que hacen se llama explotación, lucro puro, ya que lo que importa son los premios y las apuestas, clandestinas, que allí se realizan. El señor sólo escribe (Nota de la Redacción: fue una entrevista, no una carta) porque se vería afectado su bolsillo, poco puede hablar de derechos del animal un hombre que la publicitaría y vendería cual objeto sin aprecio”, manifestó.
Por otra parte, dijo desconocer “como proteccionista que la comisión de la Protectora de Animales de la ciudad esté en contra de las carreras -algo que apuntó Scarponi-, en caso de existir la carta que menciona el señor con el sello de la organización debo decir que una vez más desde la Protectora muestran posiciones poco claras, ya que representantes de la comisión que estaba a cargo de la ONG hasta hace unas pocas semanas fueron quienes firmaron el proyecto de ordenanza donde regulan (no prohíben sino que legalizan) las carreras de perros en la ciudad, al igual que la Municipalidad”.
“Una vez más las vidas de inocentes se ven envueltas en turbios negocios, al parecer el dinero todo lo puede y no dejamos de esclavizar a los animales de la ciudad. Los galgueros ven dinero, los proteccionistas como yo vemos vidas y una vez más el municipio quedó del lado del comercio”, resaltó y advirtió que “los actos de crueldad y maltrato están penados por la Ley 14.346 y también va en contra de la Declaración Universal de los Derechos del Animal promulgada por la Unesco”.