Un hombre que tiene como antecedente una dura condena por un homicidio comenzó a ser juzgado ayer en la Cámara del Crimen de Villa María, esta vez por una serie de hechos de violencia familiar que tuvieron como presunta víctima a su exconcubina.
Omar Enrique Reyna comparece privado de la libertad acusado de haber cometido nueve episodios delictivos y está imputado como supuesto autor de “amenazas reiteradas” (tres hechos), “desobediencia a la autoridad reiterada” (también tres hechos), “lesiones leves”, “violación de domicilio” y “daño”, todos denunciados en enero del año pasado por Marcela Banegas.
Reyna, un albañil de 36 años de edad, se encuentra detenido desde mayo de 2013, pero anteriormente purgó las dos terceras partes de una severa condena por un crimen perpetrado a mediados de septiembre de 2000 en la localidad de Villa Posse, ubicada en el Gran Córdoba, al sur de la capital provincial, donde mató a golpes a Ariel Fabián Torres (24), cuyo cuerpo fue hallado atado a un árbol.
El cadáver de Torres presentaba varias heridas en la cabeza, que daban cuenta de haber recibido una feroz golpiza y estaba atado al árbol con una soga a la altura del cuello.
Un año más tarde, al ser juzgado por este hecho, se estableció que víctima y victimario habían salido varias veces a robar juntos y que en una oportunidad Torres se quedó con el botín, por lo que Reyna decidió vengarse.
De acuerdo con las crónicas periodísticas de entonces, Reyna tenía apenas 22 años cuando personal de la División Homicidios de la Policía cordobesa lo detuvo por el conmocionante crimen, la mañana del 25 de septiembre de 2000.
Dura condena
El irascible sujeto recibió una condena de 18 años de prisión por aquel brutal homicidio y estuvo tras las rejas hasta fines de septiembre de 2012, cuando completó los dos tercios de la sanción penal y pudo obtener la “libertad condicional”, tras lo cual se fue a vivir con Banegas a la ciudad de Oliva.
En rigor de verdad, Reyna y la mujer se conocieron mientras él se encontraba en la cárcel y producto de esa relación tuvieron un hijo que actualmente tiene un año y cinco meses. Asimismo, Banegas, quien actualmente tiene 40 años, es madre de otras dos jóvenes, producto de una relación anterior.
La convivencia duró apenas tres meses, porque en diciembre de 2012 Banegas decidió poner punto final a la relación ante los hechos de violencia física de los que era víctima. Sin embargo, recién en enero de 2013 radicó la denuncia, luego de que Reyna irrumpiera ilegalmente en la vivienda que la mujer ocupaba en Oliva y profiriera amenazas contra sus hijas.
No obstante, la detención del convicto se concretó cuatro meses más tarde.
Negó todo
A poco de iniciada la audiencia de debate y tras la lectura de la acusación, Reyna declaró por espacio de una hora y en la oportunidad negó todos y cada uno de los hechos que se le atribuyen.
A su turno, Banegas compareció como testigo y denunciante durante casi 90 minutos y, entre sollozos y angustiada por la situación padecida, ratificó la totalidad de la denuncia formulada en contra de su expareja.
En la víspera también declaró una funcionaria policial que intervino en la causa y cerca de las 14 el presidente del tribunal, Félix Martínez, dispuso un cuarto intermedio hasta el próximo martes 11 de marzo para continuar con audiencia y seguir receptando nuevos testimonios.
Ocurre que el fiscal que interviene en este proceso oral y público, Horacio Vázquez, también está atendiendo casos de la Fiscalía de Río Tercero, ciudad a la que ayer tuvo que viajar para cumplir con su cometido funcional.
Ante la imposibilidad de que el juicio pudiera continuar hoy o mañana y como consecuencia de los feriados de lunes y martes próximos, el juez Martínez resolvió posponer casi dos semanas la prosecución del debate.
Reyna es asistido legalmente por la defensora oficial Silvina Muñoz, mientras que la secretaria actuante es Gabriela Sanz.