Villa Nueva sigue viviendo las consecuencias de la histórica crecida del Ctalamochita. Ayer a la tarde, se veía que lentamente comenzaba a recuperarse la ciudad, pero muchas calles, especialmente las que confluyen a la avenida Carranza, continuaban convertidas en ríos.
Para agilizar el desagüe del caudal, las autoridades resolvieron romper la ruta provincial 2, a unos 20 metros del cruce con la 4.
Además, interrumpieron el tránsito en el cruce por dos razones: por un lado, por la 2, que comunica con la 158, debido a la atinada decisión de romper el cemento para desaguar; y por el otro lado, en la 4, porque a 10 kilómetros del cruce está tapada con agua la carpeta asfáltica.
“No es oficial, pero nos indican que es muy improbable que mejore la situación en la 4”, indicó uno de los policías que, con ayuda de gendarmes, estaba en el cruce advirtiendo a automovilistas que no podían circular. “Algunos colonos pasaron porque conocen los caminos, pero hay turistas que vienen a Córdoba por el fin de semana largo, que enseguida terminan pidiendo ayuda porque se quedan en el agua. Por eso la cortamos”, agregó.
El panorama en el resto de la ciudad es alentador porque la mayoría de las calles va disminuyendo su caudal de agua.
Sin embargo, en las primeras horas del sábado, cuando empezaba a bajar en la mayoría de las calles, el agua ingresó sorpresivamente en casas del barrio CEC que hasta entonces no había sido muy afectado y también al Golf, con la bajante proveniente de la ruta 4.