Hace tres años, el joven y talentoso golfista surgido del Villa María Golf Club -donde ganó todo- Mariano Córdoba enfiló sus rumbos al profesionalismo. Así fue como logró la matrícula que otorga la Asociación Argentina de Golf, habilitándolo para ejercer como instructor. No tardó en encontrar trabajo efectivo en el Bell Ville Golf Club donde conduce la escuela y es muy querido.
No se durmió en los laureles y fue por más. La semana pasada participó en la cancha bonaerense de Los Pingüinos de la Escuela clasificatoria para otorgar 20 nuevas tarjetas habilitantes de jugadores profesionales y así jugar todos los torneos de la Profesionales de Golf Asociados (PGA). Obtuvo el décimo puesto entre 120 aspirantes con excelentes scores: -1, +1, -3 y +2, o sea uno bajo el par. El sábado jugó una laguneada y su equipo salió segundo con -15 a un golpe del ganador. Los cinco días ofició de caddie su hijo Joaquín, lo que valora la notable experiencia.
Si bien hoy está integrado profesional y deportivamente al club bellvillense, nos queda la satisfacción de que es patrimonio de todos, sin renunciar a los afectos de la cuna que lo vio nacer y crecer. El futuro está en su dedicación, humildad y perseverancia.
Haremos fuerza por sus logros como lo hacemos con el profesional del VMGC Lucas Juncos, también enrolado en el círculo rentado.
A propósito, el desafío fourball "Nosotros les ganamos a Córdoba y Juncos" programado para hoy probablemente sería postergado. Podría jugarse mañana martes.