Así lo demuestran diferentes sectores aledaños hoy ocupados por barrios muy poblados. Lo experimentó Villa Nueva que históricamente se inundaba más que Villa María y así fue como esta última progresó ediliciamente mucho más que su hermana mayor. Pasaron las décadas y la historia se repite.

En la cancha del Villa María Golf Club, que así se llama pese a estar en la vecina orilla, otra vez el viejo Tercero dijo: "Lo que hoy es parte de los hoyos 13, 14, 15, 8, 5, 2, 1, 18, 10 y 11 me pertenece porque por ahí tenía mi cauce. El resto de los sectores altos eran islas". No importa por dónde entre el agua, ya que lo hizo por el mismo lugar de hace 20 años y anegó gran parte del terreno que lo inutiliza para jugar al golf por varios días. Tal vez un par de semanas. Igual que lo hizo con muchos canales de la zona que parecían olvidados. Pero el río no pierde la memoria. 

El pico del sábado comenzó a ceder y cuando se hayan retirado las aguas, seguramente se notará que los greens afectados (2, 10 y 18) estarán un poco más abajo en su superficie.

 

Reprogramación de torneos

Al cierre de esta edición comenzaba la vigilia para saber cuándo estará disponible para utilizar la cancha, habida cuenta de que el próximo fin de semana se preveía el torneo apertura a 36 hoyos. "El programa de torneos está listo hasta junio y ahora veremos cómo hacemos", nos decía el directivo Albano Altemir, encargado de su estructura.

 

En Bell Ville también lo sufren

La llegada del pico de la creciente verificada ayer puso en jaque a los vecinos y también causó sus efectos en la cancha del Bell Ville Golf Club. Inundó parte del hoyo 8, sin dañarlo, pero causó serios deterioros en la barranca del hoyo 4 (y 13) de por sí siempre expuesta. "Cuando baje la creciente deberemos reestructurar su recorrido, en ángulo recto, y ver qué se puede hacer en defensa del terreno lo que deberá verse con la repartición provincial del área", reflexionaba el expresidente José Luis Lambertini.