¡Amigos míos, me enamoré!, puedo decirlo así, tan suelto de cuerpo, porque hoy es San Valentín, santo querendón si los hay, Día de los Enamorados, un buen momento para regalarle una flor o un bomboncito dietético a la doña, muchachos, como cuadra a un gaucho del campo argentino, con bombacha bataraza y bota ‘e potro.
Lo que no entiendo es por qué programaron todos los números más románticos para el domingo. ¡Qué poco sentido de la oportunidad! Aunque con el dúo de los hermanitos Galán, hacen bien, porque esos, más que enamorados, están siempre enculados.
Hoy vengo medio rezagado con los chimentos porque como que me atoro con tanto trabajo y tantas cosas que uno ve cuando sale por las peñas.Y me van quedando en las alforjas y antes que se vayan en vicio es mejor darles aire a todas.
El jueves por la noche, cansado de dar vueltas por la feria, viendo artesanías de plástico y ropa interior con diseños estrambólicos, fui a parar a la carpa de Los Haravecos, con mi familia. La verdad es que me llevé varias sorpresas. La primera, fue que las sillas estaban más baratas que en el híper: cinco pesos cada una. Nosotros nos llevamos cuatro.
De bien que estábamos ahí, escuchando al grupo local Los Adanes (si les sacan la hoja se quedan en bolas), veo que el pediatra de mis pichones encaró con ganas un bombo y le entró a dar. Y no era el único galeno local que se le animó a la zamba. Así que aproveché y les dije a los gurises: "Ven, si no toman los remedios, le digo al doctor que cante". Creo que no voy a tener más problemas a la hora de los jarabes.
Pero lo que más me llamó la atención (aparte de los precios, claro) fue que de pronto el escenario se iluminó con un brillo especial y se escucharon los melodiosos acordes de "Lucero, solito, brote del alba" y como por arte de birlibirloque apareció sobre el escenario de Los Haravecos el mismísimo Lucero, "vendiendo" a los artistas que inauguraban el Festival, y en un llamativo contrapunto, el público entonaba la Zamba del Grillo, que dice, más o menos así:

Lucero: ¡Jorge Rojas!
Público: cri cri cri cri
L: ¡Soledad!
P: cri cri cri cri
L: ¡Horacio Guarany!
P: cri cri cri cri
L: ¡Chico Novarro!
P: cri cri cri cri
Nunca más acertado el estribillo "Lucero, soliiiiito..." Me parace que cada año despierta menos interés el Festival del lado de adentro y más llama la atención el del lado de afuera. El que se haga cargo el año que viene, si viene, que venga con algo más tentador.
Sin embargo Lucero no se iba a quedar sentado para que le arrebataran sus cinco minutos de fama y ayer apareció en el programa Estudio País que conduce por Canal 7 Maby Wells, con un móvil en directo, sobre el escenario Hernán Figueroa Reyes... Pero en medio de su show (interrumpimos esta transmisión para conectar con...) y en directo, desde la ESMA, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner le hablaba al país. ¡Señora! ¡Cómo le hace eso a Lucero! En fin, hay gente que nace con estrellas y otras no.
Y ya que hablamos de políticos, al que no invitaron este año es al gobernador Schiaretti, según me chimentaron. Parece que tienen miedo de que quiera vender el Anfiteatro, como vendió la Colonia Vidal Abal de Oliva y, según se rumorea, el Fantasio de Carlos Paz.
Bueno, y ahora los dejo porque me voy al predio de AOITA a jugar al fútbol con Peteco y todos los Carabajal, que como futbolistas son muy buenos cantores y como cantores hacen unos golazos. Aunque, debo confesarles que a mí el balonpié me importa poco y nada. En realidad voy a ver si la trajeron a la Roxana, que es bastante más linda que todos ellos y canta mejor, ¡qué tanto! Lo digo ahora que estoy medio machadito, chango, y aprovechando San Valentín. Roxanita, llévanme a la Salamanca y véndeme al Zupay si querés y (¡Ay!, Vieja, no pegue, si esto lo estoy diciendo por trabajo nomás) se interrumpe la trasmisión.