La coordinadora de Centro Vecinales del municipio villanovense, Marina Luna, advirtió ayer que la principal preocupación de la comuna por la creciente del Ctalamochita “es la zona rural”.
Especificó que “los tamberos deben haber perdido el 100% de las cosas, porque tuvieron un metro y medio de agua adentro” y “no salvaron heladeras, nada”. “Son personas humildes que trabajan allí, no sólo tamberos sino lecheros y quienes crían chanchos; muchísimos han perdido todo”, narró.
“Para nosotros ha sido tremendo sacar a la gente del campo, hemos acompañado a una familia en la que uno de sus integrantes quiso suicidarse y todo es muy triste”, declaró.
“La situación más crítica la veremos cuando baje el agua y allí, todo lo donado y recolectado, no sé si va a alcanzar para ayudar a la zona rural”, se lamentó.
Por eso, les solicitó a los voluntarios que trabajan en la recepción de donaciones en el IPEM 322 Manuel Belgrano, que “guarden muchas cosas, porque en los campos ha sido devastador”. “Tres días atrás no se veían los alambrados, imagínate las propiedades. Con piraguas, podemos llegar hoy a unos tres o cuatro kilómetros hacia adentro y no sabemos qué hay más allá”, relató. No pudo brindar números de personas afectadas.
“Se les ha pedido que nos vayan dando datos concretos de sus pérdidas, el intendente nos ha pedido esto. El Estado evaluará la situación”, informó.
En cuanto a la ciudad, apuntó que en el San Antonio y en calles Modesto Moreno y San Martín vecinos “perdieron el 15% de las cosas” que tenían en sus casas.
La funcionaria detalló que sin energía eléctrica continúan, obviamente, los barrios Pinar de las Tejas y Villa Oeste y otras franjas pequeñas de la ciudad.
Como se conoce, la histórica creciente castigó esencialmente a esos barrios y al casco más antiguo de la ciudad.
Ahora, con el río aún desbordado más allá del cauce al que nos acostumbró en los últimos años, el Estado apunta hacia la prevención de las enfermedades y la ayuda a evacuados.
En esto hay que resaltar la permanente colaboración de grupos de voluntarios, tanto jóvenes de Villa Nueva como integrantes del Rotary Club Villa Nueva, scouts Padre Hugo Salvato, Rotaract, Peña de Boca y demás.
No habrá clases
Más allá de las cuestiones salariales y de medidas de fuerza de los maestros, el IPEM 322 Manuel Belgrano de Villa Nueva no iniciará hoy sus clases por ser un centro de evacuados. Así lo confirmó a EL DIARIO su vicedirectora, Marita Secco.
No obstante anoche el Gobierno decidió que por esta semana no habrá actividad escolar en ningún colegio.
“Hasta que no se resuelva la externación de las personas, tendremos la escuela ocupada con los vecinos. Esto presenta movimientos constantes. Ayer (por el lunes) parecía que se iban tres familias y no las pudieron llevar, regresaron y trajeron ocho más. Ahora nuevamente se intenta la externación de las tres familias citadas”, explicó la docente al recibir a este matutino.
Precisó que todos los días a las 18 se emitirá un parte de prensa para informar si en la jornada siguiente habrá clases, aclarando que más allá de quedar vacía, luego deberá ser totalmente desinfectada, paso previo a recibir a los alumnos e iniciar el ciclo lectivo 2014.
Indicó que en la madrugada de la víspera durmieron 35 personas, de barrio San Antonio, el ex-Matadero y de calles Modesto Moreno y Libertad. Y resaltó que lo que hace falta es lavandina, productos de higiene personal, pañales, guantes, botas para lluvia, barbijos y agua mineral.
Es impresionante la ayuda de la población. Hay mesas y mesas con objetos que la ciudadanía trajo hasta la institución; incluso ayer cuando estaba este medio vecinos particulares traían donaciones.
No obstante, todavía hace falta lo indicado líneas arriba.
Una de las ciudadanas que ayer iba a abandonar el establecimiento es Ramona (32), una ama de casa y mamá de tres hijos (de 1, 5 y 8 años) quien dejaba el IPEM tras cuatro días de evacuación. Residente junto a los pequeños y su marido (que es albañil) en el Matadero viejo, debió abandonar su hogar por el peligro de alimañas e insectos, la semana pasada.
“Tendría que haberme vuelto a casa ayer (lunes) pero no me dejaron por los chicos. No tengo agua en el lugar, pero el problema son los bichos. Hace dos meses que veníamos luchando para que la Municipalidad fuera a limpiar, porque hay terrenos llenos de yuyos, sin respuesta. Salían alacranes, arañas, víboras, y recién ahora nos prestan atención, por la creciente”, señaló.
“Como el terreno de mi casa es alto, el agua no llegó, pero se juntaban todos los bichos”, describió.
“No veo la hora de irme, no me gusta estar acá”, confesó aunque aclaró que “dormimos bien, con colchones cómodos menos mi marido que hoy sufre un dolor de columna importante”.
Especificó que comieron pollo, arroz, fideos.
Según el director de la Oficina de Empleo, Fernando Pereyra, los habitantes de la zona del Matadero viejo que habían sido evacuados, vuelven a sus hogares porque la comuna brindó los líquidos para fumigación en esa zona. No obstante, los de San Antonio deben permanecer fuera de sus viviendas.
“Los evacuados pertenecen a las manzanas más afectadas, como Tierra del Fuego, Atahualpa Yupanqui y López y Planes. Además hay una casa con peligro de derrumbe”, puntualizó.
Cuando el agua baja
En tanto, un recorrido de este diario permitió ver a vecinos tratando de acomodar, limpiar y reparar lo que la inundación provocó en barrio San Antonio, como se observa en las fotos. Todavía quedaban arterias con agua.
Por su lado, desde el Ministerio de Salud de la Nación, que está presente en esta localidad con camiones, profesionales y personal, advirtió que las inundaciones “pueden presentar un grave riesgo para la salud, dado que el contacto con aguas contaminadas puede transmitir varias enfermedades”. Por eso solicitaron que se espere que el agua baje para iniciar la limpieza del hogar, no manipular artefactos eléctricos y desconectar siempre el interruptor o la térmica. No se deben tocar cables del tendido eléctrico que estén derribados, hay que utilizar botas y guantes de goma, ventilar habitaciones, retirar los alimentos que hayan estado en contacto con el agua y los que hayan estado más de dos horas sin refrigeración.
Asimismo hay que desechar artículos que no se pueden lavar y desinfectar, como colchones, alfombras, juguetes y limpiar a fondo pisos, paredes, muebles y demás usando una taza de lavandina (del tamaño de pocillo de café) cada diez litros de agua (un balde).
Por otra parte, recomiendan vacunas antitetánica o doble adulto a personas que hayan recibido la última dosis hace más de 10 años y de la hepatitis a menores de 15 que no hayan sido vacunados.
Como el Gobierno no informa los horarios en que atienden los puestos sanitarios, ayer había gente bajo el sol esperando. Incluso a la siesta abrieron más de media hora después de lo previsto. Lo constató este diario.