Federico Briner, productor de la zona de Ballesteros, casi no puede hablar de la tristeza que le causan las consecuencias de la inundación que padece en su campo desde el 18 de febrero.
“Tengo el 100% del campo abajo del agua. Es un desastre todo”, lamentó.
Tuvo que trasladar las vacas a otros campos de conocidos que están en zonas más alejadas del río.
“Llevé unas 200 vacas que estaban en ordeñe y tuve que hacer un secado anticipado. Es decir, son vacas que darían leche al menos tres meses más y ahora están secas”, señaló.
Como puede, sigue con otras 200 en ordeñe, pero está muy complicada la situación.
“Imaginate que tengo 200 hectáreas sembradas con alfalfa. Está todo podrido. También tengo los maíces y sorgos bajo el agua”, dijo.
Participa de las reuniones en las que se busca solución, pero hasta el momento entiende que no hay mucha ayuda.
“La situación mía no es diferente a la de muchos otros que estamos en la zona del río y otros bajos de la región”, concluyó.