Para abordar la producción ovina, su realidad y potencialidades, EL DIARIO Rural entrevistó al ingeniero Lisandro Reale, promotor del grupo Pecorino, de Cambio Rural.
“Ahora, el campo tiene que ser productivo, hay que sacarle provecho a todo lo que se haga, aún cuando la actividad principal, ya sea agricultura o ganadería, se le puede y se le debe buscar rentabilidad, hasta puede convertirse en actividad principal”, dijo.
A partir de este análisis, se conformó el grupo que cuenta con asesoramiento del INTA, con alrededor de diez productores que comenzaron a analizar los pro y los contra de esta actividad, con la intención de reposicionarla en la cadena productiva de carnes alternativas, y la de obtener rentabilidad en la producción ovina, que se hace en sistema pastoril, como alfalfa y verdeos, y en algunos casos excepcionales, especialmente antes de las pariciones, si es escaso el alimento de pasto, se suplemente con algo de maíz o sorgo, pudiendo criar entre 12 a 15 ovejas por hectárea.
En principio se encontraron con que no había un plan sanitario predeterminado para los ovinos, por lo que solucionaron este tema con un calendario y programa sanitario muy similar al de los bovinos.
Al tener el tema sanitario resuelto, se analizó el de la comercialización, que suele ser un cuello de botella para los productores de alternativas.

Lana

Los ovinos tienen para la comercialización no sólo la carne, sino la lana. Según explicó el profesional, en este punto encontraron que los intermediarios “son los que en definitiva hacen el negocio”, por lo que comenzaron a buscar distintos canales de venta del producto, y así se conectaron con la Universidad Católica de Córdoba, que hacen calidad de lanas y lograron un convenio con una mejora sustancial del precio de la lana.
En primera instancia, saber qué tipos de micras tienen, con una selección y tipificación de las mismas, para saber a qué mercados apuntar.
Luego de la esquila, se coloca en lienzo, se divide lo que es color, blancas, intermedias y negras, luego se confecciona el fardo, de lana prensada, de aproximadamente cien kilos cada uno, y en esta esquila llegaron entre todos a los 3.000 kilos.
“Uno sigue trabajando en el tema lanas, pero ya sabiendo donde canalizar las ventas, se obtiene cierta tranquilidad”, manifestó Reale.
Con un total de 1.200 cabezas de ovinos entre los integrantes del grupo, se logra volumen para la venta y si bien los rendimientos son dispares, al igual que las variedades de razas de las majadas, el rinde en lanas obtenido fue entre 2 y 4 kilos por oveja, con una esquila anual en octubre.
El contexto internacional paró la demanda externa por lo que no hubo compradores con buenas ofertas, pero se logró un acuerdo por intermedio de la Universidad Católica para vender en febrero o marzo.
En lo que hace a cueros, explicó que no hay precios, a pesar de la calidad del cuero de oveja, que se conoce en el comercio como badana.

Carne

En general se vende el cordero para las fiestas de fin de año, con un peso de aproximadamente 16kilos.
Ahora se está intentando coordinar y regular las pariciones para tener dos fechas anuales de ventas, con dos servicios por año.
La idea para hacer más rentable la producción, es poder llevar los corderos a 30 kilos para faena y que se venda trozado.
En el convenio firmado con la Católica hay tres puntos fundamentales, calidad y tipificación de lanas, calidad de majada y comercialización de la carne.

Posibilidades

Una cuestión cultural nos lleva en general a consumir corderos de 15 kilos y a la parrilla; pero en otros países, como Uruguay, consumen corderos pesados y tiene cortes en las carnicerías como de carne vacuna.
Viendo la diferencia en costos y números de un cordero pesado, contra el cordero para asar al que estamos habituados, analizan la posibilidad de hacer campañas para valorar los cortes de cordero, dado que los precios del animal de 15 kilos es muy bajo en relación con el de mayor porte.
“También estamos estudiando las posibilidades de venta a restoranes en Buenos Aires, y algo de exportación, para lo que necesitamos volumen y continuidad”, indicó Reale.
“Si bien en la provincia de Córdoba, sigue en vigencia el Proyecto Ovino, con créditos muy blandos para adquirir vientres, falta el tema comercial, del cuál también se ha hablado con la Universidad Nacional de Río Cuarto, para que se convierta realmente en rentable. “Tenemos casos en que los productores, al cambiar de objetivo con las majadas, han logrado cubrir en su totalidad, los gastos para un empleado que atiende la otra producción agropecuaria”, explicó.
“Hay mucho por hacer, muchas ventajas que se están valorando en la cría de ovinos, como la de implementar su crianza en los lugares hasta ahora desperdiciados, por lo que vemos a la ganadería ovina como una producción en crecimiento y rentable”, dijo.
“Seguir desarrollando proyectos, capacitando al grupo, investigando, esos son los ejes del proyecto de Pecorino para 2009. También queremos convocar a los demás criadores para que se sumen, o conformen otros grupos, porque el asociativismo es una manera muy eficaz de obtener mejores resultados y precios, tanto para la compra como para venta”, concluyó Lisandro Reale.