“La gente me ha tratado muy bien. No me pegaron ninguna trompada, ni sufrí una puñalada, ni estuve internado”, dijo ayer el intendente Guillermo Cavagnero, haciéndose eco -sin que se le consulte- de rumores que circularon en la calle en los últimos días.
“Mi mamá me llamó desesperada, porque escuchó lo de la internación. Hay gente para esas cosas”, se lamentó el jefe comunal.
En tanto, confirmó que el barrio Villa Oeste continúa anegado y que “hasta hace dos o tres días había agua en sus viviendas”. Precisó que dos motoniveladoras quedaron encajadas en las calles y que también tuvo inconvenientes una pala mecánica contratada, todo a raíz del estado de las calles por la histórica crecida.
Tras veinte minutos hablando de la inundación, Cavagnero brindó otros datos de su gestión.