Un joven olivense quedó a un paso de recibir una pena de cinco años de prisión si, como se presume, es declarado culpable de un asalto perpetrado hace menos de tres meses en los baños del casino de Villa María.
Allí, en horas de la madrugada del 21 de diciembre de 2013, Lucas Daniel Teylor le sustrajo 100 pesos a una mujer, a la que sorprendió y amenazó con un cortaplumas para luego darse a la fuga, aunque sin percatarse que las cámaras de seguridad del lugar registraron su accionar delictivo.
Teylor, un albañil de 27 años de edad (12 de noviembre de 1986), con último domicilio en calle Chubut al 1100 de la ciudad de Oliva, fue filmado por el dispositivo de seguridad instalado en el centro de entretenimientos y en base a esa prueba se logró su detención ocho días después, cuando regresó al casino.
Una de las cámaras registró sus movimientos sospechosos en la zona de ingreso a los sanitarios, sobre todo frente al baño de mujeres, al que ingresó inmediatamente después que lo hiciera una sexagenaria, cuyos datos filiatorios no se dieron a conocer, aunque trascendió que también es oriunda de Oliva.
Instantes después del hecho, la propia víctima denunció lo sucedido ante el efectivo policial que estaba cumpliendo tareas como adicional en el casino, quien rápidamente acudió al sistema de video, lo que no sólo permitió que la mujer identificara sin titubeos al ladrón, sino que su rostro quedó grabado y de esa filmación se obtuvo una impresión fotográfica.
Teylor fue detenido en el mismísimo casino apenas ocho días después, luego de que la Policía detectara su presencia gracias a aquella imagen obtenida con las cámaras de seguridad. Y aunque parezca mentira, esa misma noche la mujer asaltada también estaba en la sala de juegos, por lo que el reconocimiento del delincuente fue inmediato.
Sigue el martes
El joven trabajador de la construcción comenzó a ser juzgado ayer en la Cámara del Crimen local, aunque luego de receptarse un par de testimonios, la audiencia pasó a un cuarto intermedio hasta el próximo martes, a la espera de que declare la víctima y denunciante del robo.
A poco de comenzado el debate, y tras la lectura de la pieza acusatoria, Teylor se abstuvo de declarar (derecho constitucional que no implica presunción de culpabilidad), aunque sí compareció sobre condiciones personales, lo que es habitual en los procesos orales.
En ese marco de situación, el fiscal Francisco Márquez interrogó al acusado sobre cuál era su preferencia futbolística, a lo que Teylor respondió que era hincha “de River”.
Ocurre que el sujeto que cometió el asalto aquella madrugada de diciembre llevaba puesta una casaca alternativa del equipo “Millonario” (remera mangas cortas de color negro, con la banda roja cruzándole el pecho), además de un pantalón de jean y zapatillas.
Si bien ese “detalle” no es una prueba concluyente que lo involucre en el robo, se trata de un particular indicio que se suma a la denuncia de la víctima, su posterior reconocimiento del asaltante y las imágenes obtenidas mediante las cámaras de seguridad.
En definitiva, la situación procesal de Teylor es por demás comprometida, por lo que es muy probable que el martes venidero (comparezca o no la denunciante) será condenado al mínimo de la pena prevista por legislación vigente para el “robo calificado” por uso de arma blanca.
Sobre el particular, el artículo 166 del Código Penal de la Nación establece que “se aplicará prisión de cinco a 15 años (…) si el robo se cometiere con armas, o en despoblado y en banda”.
En ese punto la ley alude a las denominadas armas blancas, como cuchillos, sevillanas, cortaplumas, etcétera, ya que en el siguiente párrafo el mismo artículo precisa que “si el arma utilizada fuera de fuego, la escala penal prevista se elevará en un tercio en su mínimo y en su máximo”, es decir que la sanción va de seis años y ocho meses a 20 años.
Si es declarado culpable, Teylor recibirá una condena de entre cinco y 15 años de cárcel, aunque como carece de antecedentes (se trata de un convicto primario), es un hecho que se le impondrá la pena mínima.
Dos testigos
Durante la audiencia de la víspera se receptaron dos testimonios: los de los policías Raúl Gómez (uniformado que estaba como adicional la noche del robo) y Juan Carlos Carabajal (quien detuvo a Teylor ocho días después).
El juicio es presidido por el camarista René Gandarillas y, además del fiscal Márquez, intervienen en el proceso oral y público la defensora oficial Silvina Muñoz y la secretaria Gabriela Sanz.
El próximo martes se escuchará el testimonio de la víctima y posteriormente se dará paso a los alegatos y al dictado de la sentencia.