no es el más grande, pero sí el más místico. Porque al Cerro Uritorco lo envuelven no sólo la atmósfera purificante del Valle de Punilla, sino también una serie de historias, de dichos, de bendiciones populares, que lo asumen como el máximo referente de lo esotérico en Córdoba. Hablar de él es citar encuentros con seres intergalácticos y ovnis, conversaciones con los antepasados y meditación. Pero también es apreciar espectaculares paisajes, del verde montañoso del norte provincial y su carácter liberador.
Ubicado en los bordes de Capilla del Monte, a unos 250 kilómetros de Villa María, el Uritorco hace valer su estampa. Ya desde lejos, cuando la ruta nacional 38 se asienta en el último tramo del valle, la figura en roca, sombras y vegetación de casi dos mil metros de altura, da a entender quién domina estas latitudes. El, obvio. Nadie más que él.
Vamos arriba
Tras pasearle el cuadro a Capilla (la plaza de andares bohemios, la calle techada, la variedad de viviendas traídas de largo tiempo atrás), toca encarar hacia el este. Un camino de tierra lleva al primer ingreso, donde se paga el estacionamiento. Más adelante, un pequeño complejo hace saber lo inminente de la aventura. A cinco kilómetros del centro, lo que hay es el río Calabalumba (que se mantiene seco la mayor parte del año), mesitas donde los artesanos dan forma a la madera, el alambre y la tela, y un par de negocios. Tras atravesar el cauce (seco la mayor parte del año), hay que ingresar a un restaurante. Ahí se paga la entrada ($100 por persona) y es obligatorio registrar datos personales. Y como si de un parque de diversiones se tratara, la salida por puerta trasera, es la entrada al cerro, y el inicio de la acción. En esta época del año, se puede comenzar el ascenso hasta las 14 horas (límite que va cambiando según las temporadas).
Sube el camino y va bailando con las rocas. Está bien marcado, pero cuesta encontrarle vericuetos para otear el paisaje circundante. A rayo de sol, la oportunidad se aprovecha para descubrir la riqueza de la vegetación. Molles, quebrachos, mistoles, piquillines y poleos son algunas de las muchas especies que encienden el camino. La sombra aparece en algunos de los seis puntos de descanso, desde donde por fin surgen las panorámicas.
El último se llama “Pampilla”, y marca el principio del fin. Se pone más brava la cosa, más lenta la marcha, con una senda que se empina y advierte sobre lo alto que estamos (de la base a la cima hay mil metros de desnivel). Igual, y a pesar de los sudores y las palpitaciones crecientes, no hay nada de extremo. Y si a alguno le quedó el corazón en la boca, tampoco importa. Llegar a la cima paga el esfuerzo y mucho más. Maravillosa la vista, con buena parte de Córdoba al alcance del ojo, y Punilla a los pies. Los diques de la zona (El Cajón, el Cruz del Eje, Los Alazanes), las estribaciones de las Sierras Chicas, y las localidades que deambulan por la zona, se aprecian pequeñitos. Alcanzar el objetivo, desde la entrada, demanda entre dos y cuatro horas de marcha.
Otra opción es pernoctar arriba, en el refugio (hay que hacer la reserva con anticipación), y disfrutar por partida doble de la experiencia. Eso incluye visitar algunas termas, y sobre todo, contagiarse de la energía que emana del cerro. Ardores que le siguen trayendo visitantes de todos los rincones, y buena fama.
DONDE
Capilla del Monte
CUANDO
Todos los días del año
CUANTO
Entrada $100
COMO
Informes al (03548)481903