Ayer se celebró una misa, la ocasión anual en la que los pobladores del paraje de Estancia Ramón J. Cárcano, los alrededores y amigos, docentes y alumnos de la escuela local y autoridades de la zona participan. Se trata de la fecha del natalicio de Ana Zumarán, la esposa del recordado político, y el día en que las puertas de la iglesia Santa Ana abre sus puertas a los fieles.
En lo que sería la fecha de cumpleaños de la mujer, su nieta Stella Cárcano estuvo presente junto a una treintena de vecinos y sus asistentes.
La ceremonia estuvo presidida por el obispo de la Diócesis de Villa María, monseñor Samuel Jofré, contó con la participación del padre Osvaldo, fray José Miguel, fray Marcos y fray Esteban (de la comunidad de Capuchinos Recoletos, de La Pampa) y dos diáconos. Tras el oficio en la capilla, el obispo Jofré se encargó de brindar un responso en la cripta del templo.
La soleada jornada reunió a la salida de la celebración religiosa a los participantes, que intercambiaron los habituales saludos del reencuentro tradicional, ya que se trata del día único en que las puertas de la imponente capilla fundada en 1917 abre sus puertas a los fieles para una misa.
Los concurrentes, de a grupos, fueron rodeando y saludando a “Baby”, como le gusta que la llamen y nombren a la nieta de Cárcano, de 98 años.
En un breve diálogo que mantuvo con un cronista de EL DIARIO, se mostró amable e invitó a próximos encuentros. “Fueron muy lindas las palabras del obispo”, dijo.
Y luego citó al dos veces gobernador de la provincia de Córdoba (1925-1928 y 1913-1916), su abuelo: “No hay paz duradera en la tierra, sino para los hombres de buena voluntad. Y la buena voluntad es la voluntad que cede, que transige, que calma, que perdona sin temor”. Sostuvo que “esas son sabias palabras”, entregando una tarjeta que repartieron en la misa. La misma, lleva en la portada una imagen ilustrada del templo donde al pie reza: “La fe mantiene unidos a los que separa la muerte”.
En la parte interior, la página izquierda (o par) muestra una fotografía en blanco y negro de Ramón J. Cárcano. Abajo, una frase lo recuerda: “Se durmió en la paz del señor. 2 de junio de 1946 (diez años antes falleció Ana Zumarán)”.
Tres frases en la página de la derecha (la impar): “Nos ha dejado todo lo que hay de más precioso, el ejemplo de su vida, el recuerdo de su consejo y la esperanza de alcanzarlo en la bienaventurada eternidad” (Bossuel).
“La inteligencia brotaba de sus labios, la bondad de su corazón, la sencillez era el distintivo de sus obras” (Ecclés).
La tercera es la citada por “Baby”, a lo que se le debe sumar las últimas palabras del abuelo Cárcano: “Dios mío, nunca he querido ofenderte; no me abandones.
Paz, tranquilidad, sosiego”.
Finalmente, en la contratapa, una oración.
Tras este episodio, los vecinos, las autoridades policiales y el intendente de Ballesteros, Orlando Brusa, los amigos y conocidos, se llegaron a una parte de la Estancia para compartir un almuerzo.

Imágenes:

Momento en que el abogado villamariense Julio Nóbrega dialoga con la nieta de Ramón J. Cárcano, tras la misa y el responso (F1). F2: las puertas del templo se cierran hasta la próxima celebración y, en foto 3, “Baby” da lectura de las frases de su abuelo, ante la mirada de un asistente