Escribe: Juan José Coronell
(Especial para EL DIARIO)

Amboy es uno de los primeros pueblos de Córdoba, y por ende uno de los más antiguos. Lugar donde habitaran los comechingones y donde hoy en día no existen grandes carteles, semáforos, donde la señal de celulares no llega y no cuenta con más de 250 habitantes. En Amboy sus habitantes preservan lo antiguo y se ve en sus almacenes de ramos generales y hasta una pulpería muy añeja que de todos modos atiende al público. Además sus casas, la capilla y su escuela demuestran lo dicho anteriormente. Su patrimonio natural deviene del río Amboy, quien le dará el nombre al pueblo y que termina siendo uno de los aportantes del Embalse. Este río divide al pueblo en dos y da lugar para un balneario con grandes sombras.

@ Su prócer y su museo

No todos los pueblos de Córdoba se darán el gusto de dar a conocer que en sus tierras nació algún prócer. No todos, pero Amboy sí. Dalmacio Vélez Sarsfield nació en las proximidades de Amboy, más precisamente el 18 de febrero de 1800 cuando su familia pasaba por el lugar. En dicho lugar, se levanta un monolito, en memoria al prócer levantado por el Ejército Argentino en 1926.
Vélez Sarsfield fue abogado y político argentino y el autor del Código Civil Argentino en 1869, que entrara en vigencia dos años más tarde y que aún continúa vigente en su mayoría. Dicho político, quien redactó el Código de Comercio de Buenos Aires, murió en 1875 y le da el nombre al museo local.
El museo de Amboy demuestra la inclinaron de todos a preservar y difundir el patrimonio histórico y cultural. Su historia, junto a piezas arqueológicas, paleontológicas y mineralogías, que distribuidas en cinco salas, se hacen presente en el atractivo de todos los que visitan el pueblo.

@ Sus pinturas rupestres

Amboy cuenta con las únicas pinturas rupestres de los comechingones que se encontraron en el valle de Calamuchita. Para llegar allí hace falta recorrer un camino lleno de vegetación logrando encontrar aleros naturales en grandes piedras con pictografías que fuesen realizadas por los primeros habitantes.
Aquí y en las zonas cercanas se pueden encontrar restos arqueológicos como morteros, puntas de flechas y de lanza, vestigios de arte realizado en cerámica y restos óseos entre otros elementos que ilustran la vida de aquellos antiguos pobladores que vivieron entre los años 600 y 1.200. En las pinturas se pueden ver figuras geométricas (cuadrados y rectángulos) y las siluetas de animales que fueron hechas con minerales de coloración blanca y grasa animal o vegetal. Así en Amboy también se puede disfrutar de esta maravilla patrimonial.

@ Su capilla, un orgullo

Comenzada en 1885 y terminada en 15 años, esta Capilla de San José es una de las más viejas de la provincia. La curiosidad de la misma es que fue construida por un solo hombre. Más allá de los cambios que se hicieron con el paso del tiempo, en uno de los laterales, hay restos de la antigua de adobe y de un metro de espesor y tirantes de algarrobo en su única nave transformándola en una opción hermosa para visitar y para admirar esta maravilla arquitectónica.
Todo esto es Amboy, lugar que no nos deja conocer exactamente su fundación, ya que data de 1588, pero no es segura. Tampoco hay claridad en su nombre. Creen que fue citando a los aborígenes ambollos, del lugar, se llegó al nombre actual.
Más allá de eso, este pueblo es ideal para el verano o para cualquier estación. Es maravilloso y placentero en cualquiera de sus rincones.