Dos temas de diferente gravedad convirtieron en noticia a las guarderías “La Vaquita Soñadora”, propiedad de la familia Róbalo.

Uno, que trata sobre el maltrato hacia los niños que allí asisten y el otro, versa sobre la irregular situación de las trabajadoras del lugar.

Sobre este último, EL DIARIO pudo conocer que en dos oportunidades, cuando una de las sedes de la guardería fue inspeccionada por el Ministerio de Trabajo de la Nación, las propietarias crearon ardides para que las trabajadoras se ocultaran.

Fuentes de la cartera laboral confirmaron que en la inspección del año pasado, las trabajadoras estaban en una incómoda situación, escondidas debajo de las pequeñas mesas del lugar. Pese a la maniobra para esquivar el control, pudieron ser relevadas.

“Al tiempo, presentaron la documentación del alta de las trabajadoras”, indicó la fuente ministerial. Sin embargo, este año volvieron a inspeccionar y detectaron que continuaban teniendo personal en negro. “El ardid de esta oportunidad fue sacarles el delantal y hacerlas pasar por madres de los chicos. Las registramos igual, porque las habíamos visto por la ventana”, agregó.

Por otra parte, el gremio que tiene representación entre las empleadas de guarderías, el Sindicato Argentino de Docentes Privados (SADOP), también hizo inspecciones con el Ministerio de Trabajo de la Provincia.

“Desde 2012, comenzamos a incluir por Resolución provincial a las trabajadoras de guarderías”, dijo Mónica Carrizo, titular de SADOP Villa María. “El primer paso antes de hacer inspecciones fue dialogar. Lo hicimos con la mayoría, pero hubo una negativa rotunda con ‘La Vaquita Soñadora’”, señaló. 

En el año 2013, comenzaron con las inspecciones laborales. “Esa guardería fue la única que no se presentó a las audiencias. Sólo envió a un contador mostrando el alta de algunas docentes, es decir, que regularizaron la situación de una sola de las tres sedes que tienen”, explicó.

Por otra parte, Condiciones y Medio Ambiente en el Trabajo (Cymat), que depende del Ministerio de Trabajo de la Provincia, también inspeccionó el lugar y detectó irregularidades, por lo que las propietarias de la guardería deberán asistir a audiencias por la cuestión laboral  y por las condiciones de seguridad e higiene.
 

¿Maltrato?

 

El otro tema que convirtió en noticia a “La Vaquita Soñadora” fue el de las denuncias por maltrato hacia los niños, que fue circulando por las redes sociales y en algunos medios de comunicación, en las que aluden a denuncias que hasta el momento no se formalizaron.

También hacen referencia a que habría material fílmico que da cuenta de esos casos, aunque ninguno de los testimonios es directo. Es decir, ninguna de las personas que habló públicamente los vio. La falta de testimonios no niega la existencia de los hechos. Es más, genera más dudas, dado que compañeras de la trabajadora que aseguró contar con ese material, indicaron que la docente está amenazada y que desde el lunes, cuando los padres conocieron la situación, no pudieron tener más contacto con ella.

Por otra parte, hay decenas de comentarios en las redes sociales en los que hacen referencia a las bondades del trato que dispensan en “La Vaquita Soñadora” hacia los niños.

Con todo, estos hechos sólo podrán ser corroborados si media una denuncia formal. Caso contrario, se convierte en “escrache” solamente.

Para analizar la situación y los pasos a seguir, los padres se reunirán el viernes.

 

La versión de la dueña

 

EL DIARIO concurrió en tres oportunidades a la Guardería. El miércoles las dueñas dijeron que no iban a hablar. Ayer en cambio contestaron diversas preguntas de manera informal (no en entrevista) durante cerca de media hora. Mostraron las diversas salas del jardín y el patio. Negaron terminantemente situaciones de maltrato y desafiaron a mostrar "los supuestos videos" ya que, aseguran, no pueden existir porque no se produjeron esos hechos.

También contaron que iniciarán acciones legales por "injurias" contra quienes "nos ensucian sin prueba alguna", patrocinadas por el abogado Rodrigo Hayas.

Rosa Elva Antonelli (alias “Moni”, madre de las hermanas Róbalo que figuran como propietarias) resaltó, además, que las guarderías tienen 25 años de trayectoria y que los chicos "vienen y se van felices, por eso los padres los siguen enviando".