Desde la segunda mitad del Siglo XIX, sobre todo con la puesta en marcha del modelo agroexportador, siempre se sostuvo que Argentina ocupó el lugar de “cuenca alimentaria” que produjo y ha provisto al mundo de carnes y cereales.
Sin embargo, la visión actual ha girado de tal manera que se sostiene que Argentina, en su carácter de exportadora, no coloca en el mercado mundial granos o carnes, sino que vende al exterior agua con mucho valor agregado, como semillas, fertilizantes, trabajo de siembra, cosecha, contratistas, agroquímicos, seguros, aportes, impuestos, retenciones, mantenimiento de equipos, comisiones, etcétera.
Cuando el mundo no tiene agua y tampoco superficies cultivables, todos debemos tener en cuenta cuánta agua se necesita para producir cada tonelada de productos que comercializamos.
Aquí los ejemplos. Esta es la cantidad de agua que necesita un cultivo para llegar a su etapa de comercialización:
-1 taza de café necesita 140 litros de agua.
-1 litro de leche requiere 800 litros de agua.
-1 litro de jugo de naranja precisa 22 litros de agua.
-1 kilo de maíz insume 900 litros de agua.
-1 kilo de trigo demanda 1.100 litros de agua.
-1 kilo de arroz exige no menos de 2.300 litros de agua.
-1 kilo de carne vacuna necesita 22.000 litros de agua.
-1 kilo de lana requiere 550 litros de agua.
-1 kilo de cebada precisa 500 litros de agua.
-1 kilo de papel insume entre 220 y 380 litros de agua.
-1 kilo de caucho sintético debe utilizar 1.400 litros de agua.
-1 kilo de azúcar exige 1.800 litros de agua.
Según los especialistas consultados, por año son extraídos entre 4.000 y 4.500 kilómetros cúbicos de agua dulce de ríos, lagos, acuíferos del mundo entero. Esto significa un 200% más que hace 50 años.