En el año 2000, la primera cohorte de la Licenciatura en Enfermería de la Universidad Nacional de Villa María, estaba integrada por cinco personas, que fueron los que inauguraron la nueva propuesta del Instituto Académico Pedagógico de Ciencias Humanas. Quince años después, la cohorte del año 2014, está compuesta por 312 alumnos que comenzaron hace dos semanas el trayecto de formación universitaria en Enfermería.
Martha Torre, coordinadora de la carrera, relaciona este exponencial crecimiento a varios factores. Uno de ellos, es “la apertura de la articulación con todas las instituciones de Nivel Superior, sean provinciales o nacionales, públicas o privadas”, contó la docente. Cabe destacar que, en el comienzo, sólo podían acceder al trayecto de licenciatura aquellos alumnos egresados del Instituto del Rosario. El segundo factor que destacó Torre es que “el cursado de la carrera ofrece flexibilidad en cuanto a días y horarios”, ya que el dictado de clases comprende nueve horas semanales, concentradas en un solo día, los martes de 9 a 18 horas. “Esto se adapta a las necesidades de los alumnos, ya que la mayoría, luego de finalizar sus estudios, comienzan a trabajar, teniendo uno o dos empleos”, comentó Torre. Asimismo, explicó que “el desafío como coordinación de carrera es ofrecer herramientas a los alumnos para que, luego de finalizar el cursado, sigan con el avance de sus trabajos finales de grado, que es un requisito para el egreso”.
Un tercer factor nombrado por la coordinadora, es el “boca a boca” que se establece entre egresados y exalumnos con otros estudiantes de Enfermería. “Muchos se enteran de esta oferta académica por comentarios de personas que trabajan en la misma actividad”, contó.
Por último, destacó la propuesta académica, que “más allá de lo científico técnico, enfocado en las ciencias naturales, también la carrera tiene un enfoque humanístico y social, que se basa en el cuidado de la persona más allá de la enfermedad en sí, si no también cómo vive la experiencia de un estado específico de salud. Eso supone un cambio de perspectiva a nivel profesional”.
Torre informó que “los estudiantes que egresan del Instituto del Rosario continúan accediendo directamente al trayecto de licenciatura, mientras que aquellos alumnos que provienen desde otras instituciones, deben realizar un cursado previo que sirve como complemento para asegurar que se cumple con los contenidos mínimos que son requisito para la oferta educativa”.
“Permite nuevas perspectivas”
La docente comentó que desde la coordinación de carrera se sienten “muy felices” porque el crecimiento de la matrícula supone una “recolección de frutos de un largo trabajo de hormiga” que se viene realizando desde el comienzo. “Además comprende para nosotros un gran desafío como, por ejemplo, impulsar a nuestros estudiantes para que egresen de la carrera”, afirmó Torre. “Por otra parte, también es importante poder demostrar que, más allá de la flexibilidad horaria, esta oferta académica es elegida por el plan de estudios que propone un perfil profesional específico”, agregó.
Torre destacó que, el crecimiento también les permite “mostrarse como carrera” ante organismos oficiales nacionales y a nivel latinoamericano, y que se pueden delinear nuevas actividades para los estudiantes y egresados, como “ayudantías y adscripciones en las cátedras, participación en los proyectos de investigación y de voluntariado universitario, propuestas de movilidad estudiantil y docente, actividades de posgrado y de extensión”, entre otras.