Estimado lector: me dirijo a usted para contarle lo que me pasa. Yo, Francisco Héctor Moreyra (conocido como Jorge), hace 9 años que trabajo en los baños de la Terminal de Omnibus.
Nunca recibí sueldo porque nunca lo tuve. Siempre fue por la colaboración de la gente, aunque formé una cooperativa de la cual soy presidente y se llama Cooperativa 23 de Abril, pero nunca llegó la matrícula correspondiente. Hoy, estando enfermo y sin poder trabajar, me siento con una impotencia muy grande. Necesito tomar medicamentos todos los días y mis compañeros solicitaron al encargado de la empresa que alguien me diera una ayuda hasta que salga mi pensión que está en trámite hace un año. Pero todos hacen oídos sordos como si nunca hubiese trabajado para ellos. 
Por eso, paso a agradecer a todos los negocios de la Terminal que me compraron los remedios. A los choferes que también agradezco porque con lo que me dieron compré zapatillas y pude agilizar mi pensión en la ANSES.
Hoy esta situación me toca vivirla a mí pero que sepan los encargados que no somos animales, sino personas y a cualquiera le puede pasar.