Antes del comienzo del partido, la quinta jornada del fútbol doméstico se encontraba ante un Universitario con la obligación de ganar para mantener la soledad en el tope de las posiciones de la Zona B. Es que sabía que su inmediato perseguidor, San Lorenzo de Las Perdices, jugará su respectivo encuentro recién el miércoles que viene frente a Alem, ya que el “León” estuvo afectado hasta anoche a sus compromisos en el Provincial; y por ende, debía conseguir los tres puntos si quería seguir solo en la punta, y al menos uno para asegurarse el liderazgo compartido. 

No depender del resultado del “Santo”, implicaba tener que derrotar a un siempre duro y experimentado rival. Hipólito Yrigoyen venía a tierras villamarienses con la idea de “meterse en la discusión” y, obviamente, no daría el brazo a torcer fácilmente.

El partido, como era de esperar, comenzó muy trabado. Los dos equipos esperaban ver lo que proponía su rival para neutralizarlo, pero evadían la responsabilidad de ser protagonistas del encuentro. En los primeros 20 minutos, sólo hubo dos jugadas, una para cada equipo: Sachetto y Chocobares los intérpretes finales de cada una de ellas, que finalmente no tuvieron destino de gol.

La apertura del marcador se dio a los 25 minutos, cuando Lucas Sachetto aguantó la marca de un rival, pivoteó el balón hacia el costado, Ferrero desbordó, envió el centro y, el ex Alem, Elías Geremías, metió un certero frentazo que dejó sin reacción a Simón Mellano y puso en ventaja a los “Diablos Rojos”.

El conjunto de Marcelo Sachetto, por lo hecho en el partido, no merecía la victoria transitoria, pero la había conseguido. Sin embargo, quizás por esa conciencia de no saberse superiores a su rival, los tiopujienses se replegaron bastante y le cedieron el balón al local.

Los de Bernadó empezaron a acercarse con tibieza al arco rival, con tiros libres o disparos de larga distancia que finalmente no llevaban tanto peligro.

Universitario no complicó en los minutos que quedaban del primer tiempo, pero fue tomando confianza y organizando el argumento futbolístico que justificara la victoria final.

El complemento comenzó de la mejor manera para la “U”. No sólo por el empate logrado, sino porque el gol fue anotado por Martín Barrionuevo, uno de los primeros frutos cosechados de las flamantes inferiores universitarias. Apenas iban cinco minutos, cuando el 9 local capturó un balón en el borde del área y, acosado por la marca de un rival, definió al palo derecho de Bachaninni, quien alcanzó a manotear la pelota, pero no pudo impedir la igualdad en el tanteador.

Luego del 1 a 1, el partido bajó drásticamente de nivel. La apatía, la displicencia y la imprecisión invadieron cada acción de juego, sin distinción de camiseta. 

En casi media hora, Exequiel Fonseca fue el único jugador que pateó al arco en un intento por quebrar la paridad reinante, pero el ex-Yrigoyen, Federico Pedernera contuvo el remate y evitó el tanto del mediocampista rojo.

Las tablas se rompieron recién a los 27 minutos del complemento, cuando un centro certero de Martín Fernández encontró a Pablo Picotti en su recorrido, y el experimentado defensor estampó el 2 a 1 definitivo.

El triunfo se festejó bastante en la cancha de Española. Universitario no juega como su entrenador quisiera, y no le sobra nada en tiempos de recambio generacional y transición, pero se aferra a su habitual protagonismo en el fútbol local y no suelta la punta.

Universitario ganó porque no se desesperó en ningún momento, y esa tranquilidad le otorgó un orden que lo llevó a conseguir su cuarta victoria en el Apertura y un liderazgo en soledad.

Hipólito Yrigoyen mostró por momentos buenas armas futbolísticas y valiosas intenciones, pero le faltó convencimiento para llevarse mínimamente un punto de tierras gallegas, lo cual hubiese sido lo más justo.

 

La figura