Durante esa jornada, publicó La Voz del Interior, “el calor no aplacó el ánimo de la multitud que, a lo largo de la tarde de ayer (refiriéndose al 22 de diciembre), fue ocupando la calle de ingreso al edificio de Tribunales Federales para escuchar la sentencia que condenó por segunda vez al dictador Jorge Rafael Videla”, por un lado, y al represor Luciano Benjamín Menéndez, por otro.

“Adentro, tras medio año de audiencias, varios fueron los políticos que se acordaron de que en la ciudad de Córdoba -siguió el informe del matutino de la capital provincial- se escribía una nueva página en la historia del país y decidieron asistir, algunos por primera vez en todo el juicio”.

En ese juicio, ocurrido 34 años después de la imposición del terrorismo de Estado, recién se hizo carne la justicia y en el mismo actuó como fiscal un abogado nacido en el seno de una familia radicada en barrio Los Olmos de Villa Nueva y destacado alumno del Instituto Secundario Bernardino Rivadavia de Villa María: Carlos Gonella.

Sin embargo, así como hubo una multitud presente frente a Tribunales, también hubo muchos ausentes.

Justo en el día de la justicia, fundada en la verdad y sostén de la memoria, faltaron nada más y nada menos que los senadores que representaban a Córdoba, Luis Juez y Norma Morandini, tampoco concurrieron José Manuel de la Sota, Juan Schiaretti y dirigentes de Unión por Córdoba y funcionarios como Héctor Campana, entre otros.

¿Y la plana mayor del radicalismo…? Tampoco estuvo presente, dado que “brillaron por su ausencia” Mario Negri, Oscar Aguad, Ramón Mestre, Martí y demás correligionarios.

¿Y de la jerarquía eclesiástica quiénes fueron…? Nadie. El obispo Carlos Ñáñez, otras autoridades de la curia e, incluso, el rector de la Universidad Católica, el padre Velazco, no dieron la cara.

Lo mismo hicieron (o dejaron de hacer) los máximos dirigentes sindicales de los principales gremios y de la CGT.

El ausente también corrió para los dirigentes del Colegio de Abogados cordobés, de la Facultad de Derecho, de las distintas cámaras empresarias, de la Bolsa de Comercio, de la Fundación Mediterránea y de la Sociedad Rural de Córdoba.

Es más, tampoco estuvieron (y eso que no era un juicio más) los integrantes del Superior Tribunal de Justicia, como tampoco lo hicieron los rectores de las universidades privadas.

Dijo Cecilio Manuel Salguero, en aquella ocasión: “Todo ello configura una situación preocupante, porque se constata que muchos dirigentes cordobeses no comprendieron la gran importancia de este (por aquel de 2010) juicio oral y muchos siguen siendo cómplices de los tiranos fascistas genocidas… con su silencio cómplice…”.

Como contrapartida a estas ausencias, “en la calle se congregó más de un millar de jóvenes que se emocionó, lloró y festejó las condenas aplicadas…”, escribió Salguero, quien cerró su mensaje con la siguiente expresión: “Había terminado un día histórico de Memoria, Verdad, Justicia y Reparación para las víctimas y para la sociedad toda…”.